Capítulo 22

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Miré mi teléfono y me di cuenta de que habían pasado cuarenta minutos. Todavía no llegábamos y ningún lugar, pero no me sentía preocupada, el conductor del taxi era un señor adulto con cabello caniento, tal vez tendría setenta años cuando mucho. La verdad es que estaba disfrutando mucho del viaje. El hombre llamado Martin era muy simpático, comenzó a hablarme de la maravillosa vida que tenía al lado de su esposa Elain y sus dos hijos, Christopher y Rebecca. Escuchar a Martin contándome historias sobre el día que conoció a su esposa me hizo pensar que así debería ser el amor, tierno, romántico y perfecto. Eso fue hasta que me contó los problemas y múltiples separaciones que tuvieron cuando eran jóvenes. Martin dijo que tuvieron que pasar por muchos obstáculos antes de estar juntos, de hecho, me confesó que Elain lo había engañado con su mejor amigo y eso fue devastador para él. Me habló sobre lo difícil que fue hablar y perdonar a su ahora esposa, pero también me dijo que era más difícil imaginarse una vida sin ella. Ahora tienen un matrimonio de cincuenta años lleno de amor y honestidad, con dos pilares que ayudan a mantener aún más la relación. Fue hermoso escuchar toda la historia de un hombre que no conocía, me hizo reír, sonreír y ver mi situación con otra perspectiva. Sin darme cuenta, el taxi se había parado en frente de un acuario. No sabía porque me había traído aquí. Pagué la cuota y abrí la puerta, pero antes me detuvo para decirme que ese lugar, antes de convertirse en acuario, era un pequeño parque, y fue el parque donde volvió a hablar con Elain después de seis meses. Fue el lugar donde se perdonaron. Martin me dio su número telefónico por si alguna vez necesitaba un taxi, le di las gracias por todo y me bajé del auto.
Caminé hasta la taquilla, le pedí a la trabajadora un boleto y después de pagarlo y recibirlo fui directamente al interior del lugar. No había tantas personas el día de hoy, puede ser porque es lunes y no fin de semana. Recorrí varios lugares en el acuario, lleno de una impresionante variedad de especies, pero sin duda alguna, mi parte favorita era el área donde se encontraban las medusas. Siempre me han parecido bellísimas, y verlas me provocaba una enorme paz y tranquilidad. Estas se encontraban en una de las peceras más oscuras con luces ultravioletas para hacerlas ver más impresionantes. No se por cuánto tiempo me quedé admirando la vitrina en la que se encontraban las medusas, pero después de un buen rato me dirigí hacia un túnel donde se podían ver miles de peces, tiburones y arrecifes.

Esto era lo que necesitaba. Un lugar tranquilo donde pudiera poner en orden todos mis pensamientos. Mientras más pasaba el tiempo, más me preguntaba si esto es lo que en verdad necesitaba. La soledad nunca me ha ayudado a tomar buenas decisiones. Quizás necesitaba una señal esta vez.

-    Hola preciosa- esa voz grave hizo que se me erizara la piel.

Voltee rápidamente y en cuanto mis ojos vieron a Hayden sentí un apretón en el pecho, como si no pudiese respirar.

-    Queee... ¿Qué haces aquí? -trato de decir.

-    Tengo algo muy importante que decirte y no puede esperar más- responde dando pasos lentos hacia mí.

-    Acaso ¿me seguiste?

-    No, hable con Mia para saber donde estabas y me dio la dirección de tu trabajo, para cuando llegue pude ver que te subías a un taxi y decidí venir.

-    Me seguiste- confirme.

Puso los ojos en blanco y siguió caminando hasta que estuvo de frente mío.

-    Solo quería darte esto- busco en uno de los bolsillos de su chaqueta negra.

Saco una pequeña caja negra y me la tendió para que pudiera tomarla. Al abrirla vi que contenía el collar con el dije de corazón que Hayden me había dado como regalo de cumpleaños, el mismo collar que contenía la inscripción "Eres mía y yo soy tuyo. Nos pertenecemos el uno al otro. Para siempre". Muchos recuerdos vinieron a mi mente cuando lo vi. Uno de ellos fue la emoción que sentí cuando me lo dio, pero también recuerdo cuando rompí la cadena, devolviéndole el collar como muestra de que lo nuestro había terminado.

Soy Tuyo (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora