Capítulo XV: Alerta

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No sentí nada, quizás el impacto de la bala atravesó mi cabeza con tanta rápidez y certeza que no pude un último aliento, pero seguía respirando... Abrí los ojos y vi como el revólver aún estaba soltando el humo del disparo pero no había bala.

- ¿Omega?

Omega no quiso voltear a mirarme, los demás se fueron de una manera tan estúpidamente normal, como si no hubiese sucedido nada.

- ¡Omega!

- Silencio humano, estás muerto para mi y para el equipo.

- ¿Humano? ¿De qué hablas?

- La bala que disparé reestableció tu campo electromagnético, matando a Pulse, sellando tus poderes.

Mantuve un silencio rotundo...

- Lárgate, no quiero volver a ver tu cara- Dijo mientras se iba- Spectrum, sácalo.

Un hombre me tomó del brazo y al instante en que me tomó vi como la escena de mi panorama cambiaba, estaba en un callejón bastante desolado.

- Lo siento chico...

Entonces el hombre a que Omega llamó Spectrum, desapareció. Me levanté del suelo y me quité un poco el polvo, no entendía nada, primero me "mató" irónicamente y luego desvanece mis poderes, era imposible pero cuando intente levitar una simple lata, no pude... Los había perdido, y por alguna razón no me sentía tan feliz ni tan en calma como creí que iba a estarlo. Al salir del callejón pude ver una ciudad bastante grande, era Seattle, me habían dejado aquí tirado y aparentemente tenía que volver a Inglaterra que obviamente no estaba a dos cuadras de donde estaba. No sabía que hacer, si tuviese mis poderes saldría volando hacia allá pero ya no están, me sentía inútil pero quizás era necesario, mis hombros se habían librado de una carga.

Dejé de dar vueltas pensando en una plaza y fui al hotel más cercano que había y aunque parecía una mentira, tenía 250 dólares en mi billetera, alquilé una habitación para descansar y meditar un poco lo que iba a hacer, además Sky estaba sola en Inglaterra y yo no pertenezco aquí, ya no más... Me acosté a dormir y caí en un profundo sueño al instante.

Lograba visualizar a Sky a mi lado, la oscuridad que había a mi alrededor estaba desapareciendo poco a poco y conseguía ver el sol, al fín era normal y podía sonreír como idiota de nuevo, pero de la nada unas nubes de tormenta cubrieron ese mar aéreo y junto a los rayos Sky desapareció y frente a mi aparecieron Omega y los Anderson pronunciando las palabras.

- Muere, mortal.

Justo allí desperté agitado, ese sueño además de en realidad ser una pesadilla, me daba muy mala espina, algo horrible estaba apunto de pasar. Cuando iba a levantarme un estruendo sacudió el edificio y me tumbó al suelo de la nada, cuando me asomé a la ventana a ver que era, no me esperaba al asesino de aquella noche, Greed.

- ¡Buenas días pequeño!- Dijo mientas subía a mi habitación desde fuera.

Salí corriendo y sin mirar atrás abrí la puerta de otra habitación y me lancé al vacío, dolió un poco pero la caída no me iba a detener, seguí corriendo hasta una especie de construcción en donde aún no habían llegado los trabajadores y podía esconderme. Logré ver al Anti-Pulsador desde el rincón donde estaba, sus ojos se habían tornado rojos y se podía observar a primera vista la sed de sangre que ansiaba, pero como no logró encontrarme simplemente de la rabia cortó un pedazo de acero de las vigas de construcción y se fue saltando, cuando salí lo primero que hice fue sentarme a recuperar el aliento, no tanto de la corrida, sino del miedo que tenía, estaba aterrado el como alguien puede anhelar con tanta fuerza el matar a alguien y disfrutarlo. Apenas me relajé fui a desayunar y a revisar los horarios de los autobuses, quizás podía pagar un boleto de avión con el dinero que tenía, pero justo cuando fui a ver, por mi cabeza pasó la idea de romper el campo electromagnético y ganar mis poderes de nuevo, pero no valía la pena, así los Anderson pararían de buscarme... En un momento dado cuando iba por la calle perdido porque no encontraba la parada, quizás por lo torpe que era, recibí una llamada a mi celular, era un número desconocido.

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