Capítulo I: Miradas

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¿Qué tal? Soy Dylan Forest, tengo 15 años y vivo en un pequeño pueblo de Inglaterra, Reino Unido Usualmente me describen como alguien alto, de tez clara, poco simpático, aunque siempre elogian mis ojos azules. Esto que acabo de decirte no es relevante, pero quería que me conocieras un poco. Como te mencionaba, en este pueblito está mi instituto, el "Instituto Jagger". No tengo ni la más mínima idea de porque le colocaron así, pero bueno, lleva funcionando desde 1980 y no es mal instituto a decir verdad.  

Llega Septiembre y acaban las vacaciones de verano, esas que anhelamos durante todo el año escolar y cuando llegan, en un abrir y cerrar de ojos terminan, así sin más. En teoría mis vacaciones se basaron en dormir muchísimo, leer muchos libros, estar en el computador y aprender un par de cosas nuevas, como escribir.

Las clases empezarían en tres días, tenía que estar listo, estar más atento en clase y todo lo demás. Me gusta eso de destacar en clase, es en lo único en que puedo ser menos torpe. Además, quiero estar bien preparado para cursar mi carrera de programación en la universidad, adoro la tecnología y los posibles usos que puede tener en la cotidianidad. Sin embargo estoy un poco nervioso, dicen que entraran cuatro estudiantes más que son genios de otros institutos famosos de Inglaterra... Esto me hace preguntarme, ¿qué harían unos genios en un pequeño instituto, de un pequeño pueblito? ¿Querían desconectar de la polis y vivir una vida más tranquila? La verdad no lo sé, pero lo seguro es que pronto lo averiguaré.

...

Llega el día "ansiado", era hora de ver a mis viejos compañeros de nuevo y conocer a los supuestos cuatro genios nuevos. Todo fue bastante común y ordinario en la entrada. El típico discurso aburrido del director, aunque algo conmovedor, y luego la atareada entrada en la sala donde veríamos al profesor que nos daría el horario y presentaría a los nuevos estudiantes.  

Divagaba viendo al techo, como usualmente suelo hacer, mientras mis compañeros hablaban mucho sobre sus vacaciones. Era obvio que no había llegado el profesor por el volumen de voz tan insoportable que tenían. Pero justo en ese momento llega el esperado profesor:  

- ¡Siento llegar tarde muchachos! Soy el profesor Smith, su orientador y profesor de matemáticas.   

- ¡Buenos días, señor Smith!- Grita toda la clase excepto yo.  

- Buenos días.- Dice mientras acomoda su corbata- Perfecto. Antes de dar sus horarios, quisiera presentarles a sus nuevos compañeros de curso, pido que sean amables con ellos. Por favor pasen muchachos.  

Efectivamente los rumores eran ciertos.  Pasan 4 personas a la sala, 3 chicos con un aspecto de niños ricos y una chica, bastante linda la verdad. Realmente no prestaba mucha atención a la introducción de los nuevos. 

- Bueno, los presentaré a la clase. Estos rubios de acá son James y Arthur Anderson, son gemelos, vienen del instituto del norte de acá.  

- ¿Quién lo hubiera dicho? Gemelos...- Me digo a mi mismo, mientras recuerdo que "no me interesaba" la introducción de los nuevos. 

- Okay...- Continúa el profesor Smith-  Él es Garry Stirling, viene del mismo instituto que los gemelos Anderson, aunque estaban en clases distintas, según los datos de dirección.

- Pues sí, profesor.- Dice el chico con una voz cálida. No aparenta su edad.  

Garry parecía agradable. Era un chico de piel morena, un poco más bajo que yo, y luce bastante maduro. Puede ser interesante conocerlo.  

- Y por último está... Eh muchachos... ¿Dónde está la chica?- Dice mientras busca con la mirada a la chica. 

Es cierto, venía también una chica, se desapareció de la vista de todos, aparentemente nadie la vio salir o moverse.  

- Aquí estoy...- Suena una dulce voz al fondo de la sala.

- Oh señorita West, pase al frente por favor.- Dijo el profesor Smith con una expresión de sorprendido que me dio solo un poco de gracia. Pero realmente no me interesaba su expresión, si no la voz de esa chica... Y que ojos tan bonitos tiene.

- Ejem, bueno, ella es la señorita Sky West, a diferencia de los muchachos.- Dice mientras palmea suavemente su cabellera- viene de un instituto fuera de Inglaterra.

- Gusto en conocerlos...- Dice Sky con una voz baja y dulce... Realmente me gustaba su acento y el tono de su voz...

Terminada la presentación de los nuevos, el profesor Smith empezó a dar horarios y preguntarnos sobre nuestras vacaciones. Todos tenían historias distintas (donde muchas evidentemente eran falsas), unos fueron a los lagos a pescar, otros iban a excursiones en la playa donde montaron motos de agua. Cada historia más absurda que la otra, pero... En eso el dedo del profesor Smith me señaló a mí.

 - Joven Forest, levántese y díganos, ¿cómo fueron sus vacaciones?

Lo que menos quería en ese momento era hablar. Esos instantes siempre son absurdamente bochornosos y tampoco es que me gustara mentir como los demás para dar falsas impresiones sobre mí. Pero bueno... 

- Bueno, fueron algo aburridas, profesor. Estuve leyendo libros, jugando a videojuegos y escribiendo cosas en el computador durante todas las vacaciones. - Mi voz vaciló al final.

- ¿Qué tipo de cosas, joven Forest? - Dijo el profesor con voz curiosa, bastante además. 

- P... poesía, profesor. Y un par de libros...- Lo dije, muy avergonzado. Todos me conocen como alguien algo serio y decir que escribía poesía fue muy vergonzoso... Pude haber mentido en eso, realmente no sé por qué lo dije.

- Curioso... Hablemos luego de clases joven Forest. Me gustaría saber un poco más al respecto.

En ese momento me senté y me encogí de hombros, era horrible imaginar lo que los demás pensaban de mi. Además me había ganado un bochorno extrafalario, un profesor de matemáticas con aires de poeta. Aunque en ese momento Sky se quedó viéndome fijamente y yo hice lo mismo después de un momento. Fue bastante extraño, nadie se me quedaba viendo así, como dije al principio era "poco simpático" para la vista de todos. Sin embargo lo confirmé... Sky West tenía unos muy bonitos ojos.

Luego de 30 minutos sonó la campana para nosotros, ya podíamos retirarnos. Bueno, todos excepto yo. Antes tenía que hablar con el profesor Smith. Cuando fui con él, empezó a hablarme sobre como inspirarme y cosas de ese estilo, la verdad es que vi interesante sus consejos, a pesar de todo. Así que intentaré poner en práctica todo lo que pueda.

Durante todo el día, incluso justo antes de dormir, pensaba en la mirada de Sky, el cómo se quedó observándome casi toda la hora, el cómo yo también lo hacía. Esos ojos color miel me infundían algo, pero no sabía que era, quizá lo descubriré mañana, o quizá el mes que viene, o durante el año, nadie lo sabe. Dejé de divagar y me dispuse a dormir.

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