𓏲ꪆ 30 days of smut challenge ➜ hopega！

*6 › [ R o l e p l a y ] ¡ ! ₊˚.༄*

TW: Daddy Kink; cliché; spanking

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Es el cumpleaños de Yoongi y Hoseok estaba agobiado.

Básicamente, no tuvo tiempo de despedirse como es debido de su novio y prometido durante la mañana, tuvo una llamada de emergencia de su trabajo y optó por besar a Yoongi entre despierto y somnoliento, para salir y atender su deber, no sin antes, naturalmente, desearle feliz cumpleaños, prometerle qué lo compensaría en cuanto llegara y encargarle un desayuno especial a los trabajadores del penthouse exclusivamente para él.

La mañana se le fue en un parpadeo. Apenas tuvo tiempo para comer algo decente gracias a su asistente y encargarle qué comprase regalos específicos para Yoongi.

Recibió un mensaje de Yoongi cerca de las 12, donde lo saludaba y mencionaba qué iría a comer con sus amigos, estaría en casa cerca de las 3. Hoseok le pidió que fuera con cuidado y así siguió con lo restante.

Su alma dio un respiro en cuánto se marcaron las 5 de la tarde. Hoseok podía despreocuparse un poco e irse del trabajo, para no ser molestado por el resto del día a menos que fuese grave o urgente. Tomó las bolsas de regalo qué habían sido traídas por su asistente y salió del edificio hacia su automóvil, dando marcha suelta hacia su penthouse.

Sabía que Yoongi ya estaba en casa, por lo tanto, no esperó mucho y subió en el ascensor hasta su piso. Estando frente a su puerta, abrió con la tarjeta de escaneo y entró.

—Yoongi, he llegado, mi amor.— dejó las bolsas en el mueble de la entrada y retiró su saco, colgandolo en el perchero.

—Hobi-ssi.— el pequeño cuerpo de su prometido se asomó por una de las habitaciones, su linda sonrisa recibiendolo dulcemente.

Yoongi salió de su escondite, con su cabellera azabache revuelta, unos lindos shorts cortos ajustados color negro, una camiseta blanca con estampado de una de sus bandas favoritas fajada en él, descalzo y calcetas blancas; se acercó hacia el más alto, rodeando su cuello con sus brazos mientras dejaba un beso en sus labios. Hoseok no tardó en envolver su cintura y corresponder felizmente.

—Te extrañé mucho.— murmuró Yoongi mientras restregaba lentamente su nariz con la contraria.

—Mmh, luces hermoso— masculló el castaño de vuelta, dejando cortos besitos en la piel expuesta del cuello de Yoongi, sacándole risitas tiernas en respuesta —Traje algo para ti, bebé.— mencionó cuando dejó en paz el cuello del mayor.

—Hobi, no tenías qué— canturreó y acarició las hebras castañas de Hoseok.

—No pude estar en tu mañana de cumpleaños, tenía que compensarlo—argumentó y se separó un poco de Yoongi para doblar las mangas de su camisa blanca. —Por cierto, ¿te divertiste?— sonrió.

—Mucho, la comida fue buena. Hubiera estado mejor si hubieras estado ahí— puchereó y Hoseok dejó un beso fugaz en su mohín.

—Cenaremos juntos en dónde quieras— guiñó para el y Yoongi rió. Hoseok se giró hacia las tres bolsas qué había dejado previamente atrás y se las extendió a Yoongi.—Aquí. Todo tuyo.

Yoongi las tomó apenado y besó la mejilla de Hoseok.

Aún con el pasar el tiempo, Yoongi seguía siendo el chico tierno y fácil de avergonzar qué había conocido Hoseok. Jamás había logrado acostumbrarlo a su vida -hablando económicamente-, pues por más que le diera regalos costosos y cenas extravagantes, Yoongi seguía prefiriendo las citas casuales en lugares recurrentes y regalos hechos a mano o baratos.