𓏲ꪆ 30 days of smut challenge ➜ hopega！

*3 › [ A f t e r A F i g h t ] ¡ ! ₊˚.༄*

TW: married life; provocation; fluff

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Los días para Yoongi comenzaban a ser monótonos y desdeñosos. No sé quejaba de su matrimonio con Hoseok, ambos cumplían con sus trabajos, el amor estaba presente en pequeñas acciones, tenían una casa propia, mascotas y un buen sustento para vivir.

El problema de Yoongi radicaba en que su adorado marido comenzaba a llegar a deshoras, cansado y abatido por lo que supone es su trabajo. Nunca había dudado antes sobre Hoseok, sin embargo, algo en su pecho se removía con nostalgia.

Hoseok no lo tocaba y ni mimaba desde hacía ya varios meses.

Yoongi captaba que no todo era miel sobre hojuelas, pero como un matrimonio hecho y derecho que eran desde hace 4 años, no quería perder el cariño de su pareja. Y es que el amor que Yoongi tenía por Hoseok, era inconmensurable. Estaba con el amor de su vida, podría decir que lo amaba cada día más, aún si solo lo veía dormir en calma a su lado. Pero pronto los estragos de la costumbre comenzaron a fluctuar.

Hoseok siempre se despedía de él con un beso que parecía más por costumbre que por gusto, y siempre cruzaba la puerta con un "te amo" bastante serio a decir verdad; le mandaba mensajes simples y cuando no estaba tan ensimismado, se tomaba el tiempo para llamarlo, no era frecuente, sino ocasional, pero a Yoongi le bastaba.

A Yoongi le bastaba, pero no le agradaba.

Incluso si por un instante se le pasó por la cabeza la idea de que pudiese estarle siendo infiel, lo descartó rápidamente. Antes de ser una pareja, eran amigos. Y Yoongi sabía que Hoseok era un muy mal mentiroso, además de que el no podría pensar aquello de él hombre del que estaba enamorado.

Simplemente eso no tenía cabida en sus pensamientos y ve tu a quitárselo de la cabeza.

Yoongi no era bueno con sus insinuaciones, pues siempre habría querido ser transparente con su esposo, si quería algo, lo decía y lo hablaban. Pero algo como la atención y el sexo lo mantenía en una burbuja. Ya fuese por el pudor, la vergüenza o la pena.

Yoongi se sentía en universidad de nuevo por ello.

Esa noche, Yoongi quería cambiar las cosas. Intentaría mostrarle a Hoseok de buena forma que había estado necesitandolo, quería que el cansancio para Hoseok fuera nulo con tan solo verle, que lo amara y se dejase amar lo mejor posible. Por lo menos una noche quería pasarla con él, besándolo, cuidándolo y viceversa.

Yoongi escuchó las llaves y el movimiento en general en la puerta, se giró para ver entrar a un ojeroso pelirrojo que tallaba sus ojos pesados, que se movía con pereza y parpadeaba apenas despierto.

Yoongi se había esmerado un poco en su imágen, había planchado su cabello y lucía presentable para recibir a su adorable marido.

—Yoongi, cariño, estoy en casa. —seguido de esto lo vio bostezar y Yoongi río para si mismo.

—Buenas noches, Hobi.— Yoongi salió de la cocina y se acercó con una amplia sonrisa, pasando sus manos por el cuello del más alto, plantandole un beso pequeño como saludo.

Hoseok sonrió en automático y acarició la cintura del mayor.

—¿Cómo te fue?— Yoongi seguía colgado de su cuello, hablando dulcemente mientras se tambaleaba de un lado al otro con el más alto.

—Cansado, como siempre, — Hoseok se encogió de hombros y se separó un poco del mayor —comeré algo e iré a dormir.

Yoongi desvaneció su sonrisa en cuanto Hoseok soltó su cintura y lo pasó de largo a la cocina.