𓏲ꪆ 30 days of smut challenge ➜ hopega！

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11:48 a.m.

El buró de Yoongi mostraba dicha hora y estaba colapsando.

Yoongi había visto entrar a su habitación a Hoseok completamente abatido, quejándose de lo pesadas que eran las prácticas usuales y las deshoras que le estaban perturbando sus hábitos nocturnos.

Yoongi sabía que lo que estaba apunto de hacer podría tener dos respuestas: una aceptación que lo haría desnivelarse en su ego, o un inminente rechazo que lo tendría avergonzado hasta el fin de sus tiempos.

Pero Yoongi conocía tan bien a Hoseok que sabía que no sería tan hijo de puta como para exponer algo hacia los demás chicos.

Se acomodó su cabello azabache y su sudadera oscura. Yoongi solía ser el que más se desvelaba, por lo que no sería raro verlo con ropas casuales por el gran apartamento, en vez de sus amplias pijamas.

Tomó una caja jugo de su buró, la última caja del jugo favorito de Hoseok de la nevera, que casualmente encontró cuando indagaba a escondidas en la mañana.

Yoongi había llegado a la conclusión de que el que no arriesga no gana, pero si le preguntan, sabe que tiene las de perder. Pero las intenciones de Hoseok muchas veces le sacaban de quicio, buscando una respuesta clara a todas las palabras que solo sonaban como insinuaciones bien disimuladas.

Hoy el pondría fin a esas dudas.

Yoongi salió de su habitación y divisa que no haya ninguna otra persona por los pasillos que le gustase demasiado cotillear a esas horas, probablemente estaban igual de cansados, y estarían entrando en el quinto sueño en sus habitaciones.

Yoongi siente su saliva estancarse en su garganta en cuanto se posa frente a la puerta de la habitación de Hoseok. La madera luce tan limpia que sería una lástima arruinarla con sus nudillos.

Yoongi no sabe como armarse de valor ahora.

Minutos antes, estaba tan convencido de todo, pero su vista parece nublarse ahora.

No sabe en qué momento, sus manos dejaron de escucharle, tocando la puerta suavemente, casi precavido de no ser escuchado.

Tal vez lo estaba molestando demasiado.

—¿Seok? Soy hyung.— susurra lo suficiente para que el del otro lado lo escuche.

Retrocede un poco de la puerta en cuanto escucha algunos pasos hacia la puerta.

Para su suerte, un aún muy despierto Hoseok le abre la puerta con una pequeña sonrisa.

—Yoongi hyung, hola. ¿Se te ofrece algo?

Yoongi traga saliva al chocar con la dulce mirada de Hoseok atendiendolo solo a él y nadie más en ese momento.

Yoongi se insiste que los antebrazos venosos descubiertos por la hoodie arremangada de Hoseok no son demasiado para hervirle las mejillas, que sus pantalones deportivos no son precisamente ajustados como para dejarle volar la imaginación, que su cabello rubio no estaba tan desaliñado para hacerlo ver más varonil de lo que era, y que su piel canela no estaba cubierta por una mínima capa de sudor que estaba por hacerle explotar su pulso cardíaco.

—¿Hyung? —la voz confundida de Hoseok lo hizo expandir su vista y desviarla hacia la habitación en el fondo.

—Lo siento, em- Creo que sólo estoy divagando, tú sabes, no han sido días tan buenos y- Hablar... Hablar parecía buena idea. Buenas noches, Hoseok.—Yoongi baja la vista y retrocede un poco más, queriendo huir de la situación en la que se acababa de poner voluntariamente.