Alabado sea el karma

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—... Y es que no es posible que apenas vengan ustedes y él se ponga así por un webo —sollocé y me sacudí la nariz llena de mocos.

—Ajá, entiendo la vaina. Mario te habló feo y te sentís mal, pero... ¿¡Tenías que echar los mocos tuyos en mi camisa, nojoda!? —Adrián se apartó de coñazo, quitando la orilla de su camisa de mi mano con ese acto.

—Verga, ¡Pero entiendeme! ¡Mi morocho! ¡Con el que compartí vientre, Adrián Alejandro! —chillé y en ese momento mis ojos se aguaraparon—. ¡Ese mamaguevo! —grité recordando lo que dijo.

Y otra vez me puse a llorar.

—¡Mami, Margarita anda otra vez con su mariquera! —le avisó Adrián a mí mamá que estaba en su cuarto haciendo quien sabe qué.

Se escuchó la puerta ser abierta y luego mami apareció, con su cabello medio suelto y planchado, lo demás recogidos con un poco de ganchetas, tenía un camisón de seda de color vino que nunca antes en mi vida había visto y en los oídos tenía un audífono conectado a su teléfono, desde dónde estaba oía la voz de Ariana Grande cantando 7 Rings.

—¿Qué querés vos qué yo haga? —preguntó, cruzándose de brazos.

—¡Que la calles! —rogó mi hermano, señalándome con la mano.

Pupi ladró y movió la cola de un lado al otro, como que apoyando a su dueño.

Sí, Shawn hasta al perro se había traído.

¿Que bello, verdad?

—Ustedes sin son insensibles, nawebona' —les dije, limpiándome las lágrimas de la cara—. Ni un cariñito me dan, ni un: "Margarita, no llores, mami. Todo va a estar bien". No, puro quejándose, pa eso me botan también como hizo aquel.

Isabel rodó los ojos, para luego quitarse el audífono y guindarlo en su cuello, extendió la mano tomando el cepillo de barrer que estaba apoyado en la pared, luego se acercó a mí colocando el cepillo en la cabello y prácticamente barriendome el pelo.

—Sshh... Todo va estar bien, dejá de llorar que me arruinas mi sesión de belleza, carajita 'er coño —me dijo en un tono de voz suave.

Que bolas.

En esta mierda nO RESPETAN UN COÑO DE LA MADRE.

POR ESO ES QUE UNO ES MALASANGRE.

Me paré de coñazo y le arranqué el cepillo de la mano.

—¡Me arreché! —me fuí a mí cuarto y cerré la puerta, suavesito porque si la cerraba duro mami iba y me coñaceaba.

Y nonono, el éxito no podía morir.

Me tiré en la cama y me puse a ver el techo por un rato para pensar medio tranquila sin que me ladillaran la existencia.

Recapitulemos:

1. Coñaceé a Evan por haber golpeado a Mario.

2. Resulta que Mario defiende al macho siendo un ridículo que se deja coñacear.

3. Me arrecho con él y él conmigo, me dice unas vainas ahí y yo lo esbarato a lo brutal.

4. Adrián y Shawn me cortan la nota.

¡Serás marico, Shawn! || Shawn Mendes (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora