MitsuBoru: En línea [AU]

Invasión personal

Mitsuki es algo así como mi nuevo descubrimiento, pero me aterra lo que pueda pasar. La situación me asusta de cierto modo, pero entendía las razones.
Estoy por tener sexo con un chico, y es algo en lo que no tengo experiencia alguna...

Mi cuerpo no dejaba de temblar al darme cuenta de lo entregado que estaba a él.

De un momento a otro, se me produjo un cosquilleo en el estómago, el cual fue descendiendo hacia mi zona baja.

Aún sin saber bien lo que estaba haciendo, comencé a acariciarle las mejillas, luego fui bajando las manos por su pecho y lo escuché suspirar.
Acto seguido, él deslizó su mano por mi cuello y con delicadeza me acercó a su cuerpo.

Ay, Dios...lo necesito.

Necesito de su amor. Los dos lo sabíamos, ambos nos necesitábamos.

Él se detuvo a mirarme, estábamos frente a frente, nuestras respiraciones chocaban, y pude ver cómo el dorado de sus ojos brillaban más al admirarme. No lo pude resistir más y lo besé.
Nuestros labios se presionaron, y él me correspondió de forma urgida, agarrándome por la cintura para llevarme lentamente hasta el sofá de su sala donde me dejó caer cuidadosamente de espaldas. Fue subiéndose sobre mí mientras yo me acomodaba para permitirle mayor comodidad y, con sus labios cerca de los míos, murmuró con voz ronca:
—No sabes cuánto estuve esperando este momento para estar contigo, Boruto.

Su lengua entró en mi boca con necesidad. Él tan confiado y yo tan ingenuo. A penas podía seguirle el ritmo, pero aún así no quería que se detuviera.

¡Es que Mitsuki besa increíble!

Jamás había sentido algo como esto. Sumire y yo éramos más tranquilos, más inocentes. Era otro estilo...

Su cadera se apegó deliciosamente a la mía, sus caricias no se detenían, y sus besos provocaban que mi respiración fuera acelerándose cada vez más. De pronto me di cuenta que había comenzado a gemir en medio de nuestros labios, que estaban sumamente humedecidos y sensibles tras tanto contacto entre ellos.

Sus manos fueron pasando por mi pecho hasta dar con el dobladillo de mi playera. Al deshacer el fervoroso beso, se alejó un poco para que yo pudiera verle a los ojos. Me sonrió y yo mordí mi labio, consciente de que me encontraba aún más sonrojado (aunque en este punto no sé si eso era posible).

Entonces Mitsuki fue tomando el borde de la playera y comenzó a subírmela lentamente hasta quitármela, lanzándola al suelo.

De pronto sentí que la vergüenza me invadía, así como también empezaba a experimentar una sensación de vulnerabilidad al estar frente a sus ojos de esta forma.

Pero ni siquiera así amagué con detenerle. Le seguí dando vía libre para hacerme lo que quisiera...

Sus dedos fueron rozando la piel de mi torso, la acariciaban mientras todo yo me estremecía.
Era como si su tacto quemara y yo a penas podía resistirlo.

Pronto, se dedicó a besarme el abdomen. Sus labios se pasearon por mi vientre, oblicuos, hasta llegar al comienzo de mis costillas, produciendo que mi espalda se arquee y un ahogado gemido escape de mi boca.

Complacido por oír mi reacción, comenzó a hacer un camino con su lengua hasta llegar a mi pecho, el cual mordió y lamió con ganas, y yo, sin poder contenerme, llevé mis manos a su cabello y enredé mis dedos en sus sedosas hebras. Necesitaba canalizar aquel nuevo placer que me estaba brindando.

—Ahh...Mitsuki...—gemí cuando sentí sus dientes en mi zona clavicular y sus manos tocando la parte interna de mis muslos, rozándome la entrepierna.