・゚✧ Capítulo 9 ࿐ྂ

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El gimnasio de Burka estaba lleno de flores esa semana, la fiesta era el sábado, se había pospuesto por falta de organización, pero finalmente, después de dos semanas más, se anunció oficialmente la primera fiesta tipo rally en la que Jungkook participaría.

Y las cosas no podían ir mejor, él estaba muy animado y sabía que la gente lo notaba, Jimin y él habían formado una conexión bastante extraña, pues se saludaban al verse, y no más que eso, simplemente cada uno seguía su camino, pero durante los descansos, en la cafetería, mientras él sostenía su bote de leche de plátano, el pelirosa comenzaba a jugar con su mente de aquella forma en la que sólo él podía. Primero sonreía coqueto, después se acomodaba el cabello rosa recién retocado de la raíz a las puntas, luego sus ojos avellanas lo miraban intensamente y finalmente le mandaba un beso silencioso. Parecía de ese filtreo de las películas de comedia romántica americanas en donde la chica era una descarada.

Pero era Jimin, él podía ser Jennifer Aniston si así lo quería.

Y por mientras, él se estaba volviendo loco, llevaba varias noches despertando con una terrible erección que lo hacía tener que tomar duchas heladas a media noche para bajarla. El pelirosa aparecía en sus sueños sin permiso, en sus pensamientos sin avisarle y al frente suyo cuando menos se lo esperaba.

¿Cómo podía un chico como él causarle un sueño húmedo de esa forma? No era una chica, joder.

Si eso lo supiera su padre, seguramente ya lo hubiera mandado a la hoguera o algo peor, con lo ortodoxo que era. No quería ni pensarlo.

Pero tampoco quería pensar tanto en Jimin, le preocupaban demasiado esas palpitaciones tan rápidas que daba su corazón después de verlo todos los días, y el sudor frío de sus manos cuando le besaba la comisura de los labios o le ponía su pequeña mano anillada sobre el muslo. Sabía cuales eran sus intenciones, y eso era lo peor. Estaba hecho un mar de emociones encontradas, no quería tener una crisis existencial, porque no sería bueno. 

Y tampoco tenía ganas o intenciones de apartarlo.

Aunque mientras ignoraba eso, su vida por primera vez en diecinueve años tenía sentido. Ya no le era desagradable pasar por los pasillos de la universidad y ver a los chicos y chicas besándose entre ellos sin temor a ser vistos como algo negativo, o ver al mismo Jackson junto a su nuevo novio, -un chico llamado Mark-, como si tuvieran pegamento en la boca o algo parecido. Tampoco le molestaban los colores que decoraban el lugar, y lo más importante, la voz del pelirosa ya no era tan chillona para sus oídos y su cabello ya no era tan asqueroso.

Jungkook ya no tenía tantos prejuicios como antes. ¿Y cómo iba a tenerlos? Después de atreverse a masturbar al pelirosa bajo el agua aquella noche, ya no podía ni jactarse de ser heterosexual.

Pero aún era demasiado complicado afrontar eso.

Esa mañana, Yuna salió de la casa, se subió en el lado del copiloto y lo miró con los ojos entrecerrados, esperando que hablara. Él soltó una risita que a su hermana le pareció adorablemente molesta, mientras que encendía el motor y echaba la velocidad para empezar a conducir.

—Mamá dice que estás raro.

El mayor ladeó la cabeza.

—¿Raro? No me dijo nada a mi, hablé con ella anoche.

—Por supuesto que no, tonto, me pidió que te vigilara. Quiere saber si por fin conseguiste algo que te motive.

Y vaya que sí.

—No pasó nada —se encogió de hombros.

Yuna le dio un zape que lo hizo frenar en secó. Ambos se fueron levemente hacia adelante.

So Am I 𐦍 KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora