・゚✧ Capítulo 16 ࿐ྂ

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El sudor perlaba la pálida piel de su pecho desnudo, que subía y bajaba de manera errática, sus piernas temblaban mientras sus tobillos se aferraban al cuello del castaño encima suyo. De su boca no salía más que un mar de gemidos histéricos.

La habitación estaba calurosa por donde te plantaras, y el golpeteo de la madera contra la pared era apenas amortiguado por la música que aún seguía sonando en el piso de abajo.

Aunque ahí dentro, ambos podían escuchar perfectamente el chapoteo de sus pieles al chocar.

Jungkook tomo sus caderas y volvió a entrar de golpe, sonriendo al ver al pelirosa gemir locamente de placer. Satisfecho por poder brindarle en su punto dulce, el mismo placer que el sentía al meter toda la extensión de su pene, dentro de esas calientes y apretadas paredes, que con cada movimiento, lo acercaban más de correrse dentro del condón.

Jimin intentó llevar sus manos a su miembro para poder masturbarse, ya que le dolía demasiado, pero recordó que se encontraba castigado y abrió los ojos para poder mirar al chico frente a el, quien subía y bajaba las caderas en un vaivén que lo volvía loco, mientras que los músculos de su pecho se contraían de una manera perfecta.

Sus brazos se encontraban apresados por las grandes manos del castaño, quien no lo dejaba tocarse, ni tampoco se acercaba para besarlo o darle un poco de atención. Arqueó la espalda mientras se mordía el labio inferior magullado por los dientes del menor, sentía aún el sabor metálico de la sangre mezclándose con su saliva. Y también sentía el ardor en su trasero por las nalgas que le había dado Jeon a la primera follada.

Era una tortura tan placentera, que no quería que acabara.

Jungkook le sonrió al verlo volver a cerrar los ojos y fruncir el entrecejo cuando comenzó a acelerar el ritmo, y sólo entonces, soltó una de sus muñecas para permitirle llevar la mano hasta su miembro. Gruñó cuando los espasmos en su vientre lo hicieron correrse y se dejó caer hasta la altura del rostro de su chico, al sentir como también dejaba salir su esencia entre sus cuerpos, manchando incluso las sábanas.

Trató de tranquilizar su respiración, pero el orgasmo había sido tan agresivo, que aún podía sentir los temblores en todo el cuerpo y en el de Jimin, aún peor, el pelirosa le regaló una mirada llena de lágrimas.

De puras lágrimas de placer que no habían podido ser retenidas.

Aspiró y dio una última estocada antes de salir de su húmeda entrada y por fin, se inclinó totalmente para besarlo.

El mayor trato de respirar por la nariz, y recibió totalmente gustoso el beso. Sus dedos acariciaron el rostro del castaño y dejó que sus lenguas se juntaran comenzando a bailar un perfecto vals.

—Joder, ¿te hice daño? —cuestionó un poco más sobrio alzando la mirada.

—Era tu intención, ¿no? —sonrió ladino. —Probablemente mañana no pueda levantarme.

—Te llevaré en brazos hasta tu cama, amor.

Jimin sonrió.

Finalmente, se levantó dejando que el pelirosa bajara las piernas entre temblores y se quitó el condón ante la atenta mirada. Él también estaba cansado, pues hacerlo cuatro veces en una fiesta después de tanto ajetreo, no era para menos.

Se dejo caer a su lado y le sonrió limpiando con sus pulgares los restos de lágrimas secas. Besó su frente y siguió dando pequeñas caricias hasta sentir como se quedaba completamente dormido.

Jimin valía totalmente cualquier posible regaño, insulto o golpe de su padre. Lo valía totalmente.

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So Am I 𐦍 KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora