・゚✧ Capítulo 13 ࿐ྂ

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Jimin entró a su casa sigilosamente, corrió a su habitación tratando de no ser visto por nadie y cerró la puerta con seguro totalmente acalorado, pues ese día había visto algo que lo dejo totalmente sin palabras.

Un par de chicos, detrás del edificio de rectoría de la preparatoria Haeundae-gu. Ellos estaban enganchados al otro, con las manos aferradas a sus nucas, besándose tan intensamente, que algo en su interior se removió.

Él no era como sus padres querían, a él le había gustado lo que vio y quería replicarlo con alguien.

Pero no podía.

Se miró en el espejo sintiendo el corazón en la garganta. Su cabello negro estaba hecho un desastre y sus mejillas estaban totalmente rojas. Suspiró y se quitó la corbata del uniforme, sabía que debía salir a comer, pues su padre siempre iba a esa hora del día y ellos debían estar listos en la mesa.

Desabrochó uno de los botones de su camisa blanca, se quitó el saco para dejarlo en la cama, salió de su escondite y tragó saliva al ver al señor Park sentado a la mesa esperando que su madre le sirviera de comer.

—Padre, buenas tardes —murmuró tímidamente mientras caminaba con las sandalias blancas puestas.

—Buenas tardes, Jimin —alzó la vista.

La voz no hizo más que hacerlo estremecer de pura ansiedad. Se sentó a su lado, se miró los dedos vacíos, sin ningún anillo, y comenzó a moverlos tratando de calmarse.

—¿Cómo te fue en la mañana, cariño? —habló su madre en dirección a su esposo.

Ignorándolo.

Jimin bajó la mirada, estaba acostumbrado, llevaba dieciséis años viviendo de esa forma.

—Recibí una llamada de la escuela, Jimin —lo llamó haciéndolo levantar la cabeza.

Todas sus alarmas se encendieron y comenzaron a sonar histéricas.

Al toparse con sus ojos oscuros, un mal presentimiento se plantó en su pecho. El hombre lo miraba fijamente, luciendo tan intimidante como siempre, pues era mucho más alto, incluso sentado en esa silla y le doblaba la longitud de la musculatura de los brazos, sin contar que su rostro malhumorado le causaba náuseas con sólo enfocarlo.

Tragó saliva y carraspeó.

—¿P-pasó algo? —preguntó temblando.

—¿No piensas decirme tú?

Su madre se acercó a la mesa y lo miró con los brazos cruzados, ambos esperando por su respuesta.

—Y-yo... —bajó la mirada aceptando su destino. —Reprobé el examen de química.

El hombre asintió y la mujer negó llevándose la mano a la cadera.

—¿Por qué lo hiciste?

—Creo que no estudie suficiente...

Aunque había pasado día y noche haciéndolo.

—Eres un inútil, Jimin —gruñó su padre. —¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de todas las mierdas que haces? Estoy tan avergonzado de tenerte como hijo, que no puedo ver a mis empleados a la cara.

Sintió sus ojos picar debido a las lágrimas que habían causado esas venenosas palabras, el labio inferior le tembló y tuvo que morderlo con fuerza para evitar que se notara lo afectado que estaba.

So Am I 𐦍 KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora