・゚✧ Capítulo 17 ࿐ྂ

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Jungkook estaba organizando dentro de la memoria de su laptop todo que había grabado durante esos maravillosos tres meses, una sonrisa se extendía por su rostro mientras veía cada uno de los clips y recortaba los que no iba a necesitar. Las carpetas de noviembre y diciembre ya estaban creadas y listas para ser llenadas, y él, estaba demasiado ansioso por hacerlo.

Era domingo, habían pasado casi dos semanas del desafortunado incidente con su padre, y era muy extraño que Jimin ya no hubiera mencionado nada al respecto de eso. Pero el tampoco iba a abrir la boca, seguía sin estar listo. Tampoco quería provocar problemas, pues los exámenes del pelirosa estaban a la vuelta de la esquina, y se lo veía demasiado estresado al respecto, sólo le quedaba masajearle el cuello y besarle las orejas cada vez que debía concentrarse en hacer sus deberes. 

En ese momento, se encontraba sentado en el sofá de la colorida casa de la legión Park, escuchando distraídamente una conversación que mantenía Hoseok con Seulgi acerca de una de sus clases de danza aérea. Taehyung estaba del otro lado tomándose selfies con su móvil y el dueño de sus ojos, estaba recién levantado, sentado en la barra de la cocina mientras ordenaba comida para desayunar. Waffles, a petición del pelinegro, para ser exactos.

El castaño elevó la mirada por un momento, Jimin le sonrió desde su sitio, achinando sus preciosos ojos cafés. Él no pudo más que reír en silencio y volver a su trabajo con las mejillas rojas. Era un idiota enamorado, como esos que salían en las películas de comedia romántica americanas de los años 2000s.

Y lo mejor de todo, era, que rodeado de esas cuatro personas, se sentía demasiado cómodo. Nadie lo juzgaba o se burlaba de él, ni lo hacían menos por ser el novio de una persona de su mismo sexo. Realmente, ahora podía saber lo que era vivir tranquilo, aunque sólo fuera mientras estaba en esa casa. Pero ya podía decir que los consideraba sus amigos y confiaba en ellos, confiaba tanto que no quería separarse de ninguno. 

Se sentía pleno y estaba seguro de que todo se debía a su pequeño, pero picante novio. Que si no hubiese llegado a sacarlo del agujero, seguiría siendo un amargado retrógrada.

Mientras que él se perdía en sus pensamientos, el pelirosa miraba el menú de la tienda de desayunos y agregaba varios waffles salados y dulces a la entrega, seleccionó el servicio a domicilio y luego se giró para abrir el refrigerador y sacar el cartón de leche de fresas, abrió la tapa y bebió un gran sorbo mientras abría uno de los chats y miraba con atención las respuestas del trabajo que estaba haciendo en pareja con Seokjin. Todo parecía estar en orden y con suerte, estarían listos para presentar esos aburridos exámenes que casi le estaban sacando canas verdes entre su cabellera rosada.

Hasta que saltó un mensaje en la barra de notificaciones que llamó y consumió toda su atención de una manera horrible.

Abrió la mensajería archivada y se pusó pálido al instante. La ansiedad lo recorrió tan rápidamente, que incluso se tambaleó y se le cayó el cartón de los dedos, comenzando a derramarse sobre la barra. Carraspeó tragando saliva y sintiendo que se ahogaba.

Si no se desmayaba, sería un milagro.

Madre: Jimin, tu padre y yo tenemos boletos para ir a Los Ángeles a visitarte en tres semanas. Ya sabes lo que voy a verificar apenas llegue, así que no hagas tonterías. Te quiero, hijo.

Jimin, ¿te encuentras bien? —cuestionó la voz grave y preocupada de Taehyung.

Volvió a la realidad alzando la mirada con el corazón acelerado a más no poder. Todos lo miraban con los rostros llenos de preocupación. Jungkook tenía los ojos abiertos de par en par y estaba por levantarse para ir a verlo de cerca, ya que hasta sus labios habían perdido casi totalmente su tonalidad rosada y se tensó en el acto, quizás el cansancio había hecho mella en su cuerpo. 

So Am I 𐦍 KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora