BATIDO DE FRESA

𝚜𝚎𝚟𝚎𝚗

Sonic.

Veo la lluvia caer a través de la ventana, en sus delgadas gotas me veo reflejado, con el corazón cansado y con el alma enhomecida. Miro como llora un viejo árbol, dormido, mecido por el viendo que descansa en sus ramas.

Se pone inquieto mi corazón cuando pienso en mi vida. Se pone inquieta mi alma cuando recuerdo que estoy viviendo.
Una sonrisa o una lágrima. Ambas son cosas creadas por Dios y son tan imperfectas.

Realmente imperfectas y hermosas.

La radio sigue sonando, se tumba con canciones de fondo. No las elijo, suenan como quieren. Son delgadas telas de vida que te hacen crear mundos de fantasía.

Mundos, donde serías feliz.

Giro las llaves, enciendo el automóvil y dejo que el sonido del motor retumbe en mis oídos, que el auto se mueva levemente y que haga que mi cuerpo frío gracias a las gotas de lluvia tome calor.

Respiro hondo. Empiezo a girar el manubrio para poder ir hacia atrás sin mirar el retrovisor...

Mala idea.

El auto se detiene, lo siento mal. Tomo mi abrigo y salgo a ver que fué lo qué pasó.

Me agacho y toco el neumático trasero.

—Mierda... —susurro por lo bajo mientras me levanto de nuevo— ¡Esto no me puede estar pasando!

Sí, pise un parche haciendo que el neumático saque poco a poco el aire.

Tomo las llaves de nuevo y abro la cajuela del auto para sacar el repuesto junto con las otras herramientas.

—No pudo ser otro día... —me quité el abrigo y lo puse en el suelo húmedo— tenías que dañarte justo cuando está lloviendo.

Tomé mi entrecejo con la mano derecha, esperando que el nudo en mi pecho gracias a la ira que tengo en este momento se fuera.

Siento las pisadas de alguien dirigiéndose aquí. Que importa, puede ser cualquier persona que debería estar en su morada tomando un café mientras ve la lluvia caer.

Se detienen al igual que las gotas de agua sobre mi cuerpo. Alzo mi mirada hacia el rostro de la persona que se quedó al lado mío. Y me encuentro con los ojos Esmeraldas ella.

—Amy, hola —me levanté de inmediato y pasé mis manos por mi ropa húmeda— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en casa?

—Hola. E-en realidad iba hacia mi casa ahora mismo. Acabo de salir de la Universidad.

—Oh, ya veo.

—Perdona que pregunte pero... ¿Qué estás haciendo aquí?

—Acabo de salir del trabajo. Iba a irme también a mi casa pero... el neumático piso un alfiler o algo así.