7mo

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Siendo un empresario exitoso, deseado por mujeres y hombres, cualquiera pensaría que lo que deseo lo obtengo, y sí, tienen toda la razón. 


Esto es una mierda.

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El transcurso del día fue veloz, salí del trabajo estando algo cansado pero fui directo al lugar acordado junto a los dos hombres quienes estaban follando a mi futuro juguete.

Subí al ascensor algo apurado, en el camino me fui quitando la corbata de mi cuello hasta quedar solo con mi camiseta arremangada. Salí del ascensor el cual me había llevado directo al piso donde los tres estaban, fui directo a la puerta de este y giré la manilla para después quedar con la maldita mejor sorpresa del mundo.

Un pequeño chico con el culo al aire y las manos atadas a la cama me esperaban ahí junto a los dos hombres quienes me miraban curioso. Entré en el lugar cerrando la puerta de un solo golpe y fui caminando hasta el menor quien se notaba nervioso pues estaba temblando.

-no te preocupes, solo te follaré hasta que ya no puedas más.-

dije con un tono claramente sarcástico, acerqué mi mano a su redondo y bien formado culo y dejé caricias en este hasta levantar mi mano y nalguearlo con tal fuerza que dejé mi mano impregnada en su glúteo afectado. 

-¡AH!-

Uno de los hombres quienes estaban masturbándose se paró casi de inmediato al escuchar el grito del menor y tomó la boca del contrario obligandolo a cerrar la boca.

-muy bien, sé un buen niño y no hagas ruido, maldita puta.-

murmuré entre sus glúteos abriendo estos para poder acercar mi lengua hasta su arrugado y sonrojado ano. Adentré la lengua en este empezando a simular embestidas cortas.

-ah...ngh..no por favor, paree.-

 volví a mirarlo con el ceño fruncido alejándome de él.

-¿Acaso te di permiso para hablar, zorra?-

Saqué mi correa del pantalón y azoté su bien formado trasero contra este.

-¡Ah! pe...perdón.-

volví a azotarlo con mayor intensidad sonriendo se lado al ver que en su cuerpo se estaban quedando las marcas de los latigazos que estaba recibiendo.

-¡no, por favor! ¡pare!-

Bajé mi cremallera junto a mis pantalones hasta dejar a plena vista aquella erección que llevaba ocultando por un buen tiempo , cerré los ojos y sonreí de lado al notar que el pequeño chico estaba llorando por el dolor haciendo que por inercia le acercara mi palpitante erección directo a su ano y de una sola estocada lo empezara a penetrar.

-Mierda, aún sigue apretado.-

El menor de cabello azabache mantenía la boca ligeramente abierta puesto a que de ella salían gemidos ahogados que intentaba callar con su lengua, este tomó una bocanada de aire bajando la mirada hasta el mayor y mirarlo de mala forma, logrando que este le diera una nalgada que le dejaría la mano marcada en su pequeño glúteo.

-Mirada al frente, zorra.


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se me fue la inspiración.

Homofobia (bts × Suga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora