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Abrí la puerta de la habitación de mi hermano, importándome poco que estuviera en medio de una conversación con su mejor amigo

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Abrí la puerta de la habitación de mi hermano, importándome poco que estuviera en medio de una conversación con su mejor amigo.

—¡Jeno!— Pude notar la molestia en su rostro mientras que JaeMin me saludaba con una sonrisa.—Tengo una idea, necesito tu opinión.

Cerré la puerta detrás de mí y me deje caer en la cama donde estaban los adolescentes jugando... ¿Estaban armando un rompecabezas?

—Voy a pedirle que sea mi novia, ¿Qué parece?

—¿La chica del otro día?— JaeMin fue el que respondió, sabía que a Jeno le importaba tres hectáreas mi decisión.—Es linda, ¿Desde hace cuanto tiempo se conocen?

—Dos meses.

—¿Dos meses?— Jeno empezó a reír mientras colocaba una pieza del rompecabezas en su lugar.—Mi fantástico hermano ha caído por una chica en dos meses, no lo puedo creer.

—No he caído por ella.— Me crucé de brazos a la vez que fruncía el ceño.—Se me confesó y le estoy dando la oportunidad de estar conmigo, pienso que es una persona que vale la pena.

—¿Cómo lo sabes?— El peliazul me prestó atención ignorando los reclamos de Jeno sobre que nunca iban a terminar rompecabezas si seguían distrayéndose.—¿Ya la has besado?

Lo golpee con una de las almohadas que yacían en la cama de mi hermano.

—¿De donde sacaste tanta confianza?— Se alzó de hombros y tomó uno de los tantos peluches que el mismo le había regalado a Jeno para abrazarlo.—He estado pasando tiempo con ella y siento que merece la oportunidad de ser mi pareja.

—¿Y qué pasa si no es lo que esperabas?— El pelinegro tomó las piezas de su juego para guardarlo en una caja.— ¿O si te engaña?

—Por eso pensamientos es que no tienes novia.— Ay, si las miradas mataran.— Si no es lo que esperaba, la terminaría de la forma más pacífica que exista.

—¿Y si te engaña?— Ahora era JaeMin el que hacía la pregunta.

—Mmmmm...— Cerré los ojos para pensar en mi respuesta.—Creo que me molestaría y la dejaría en ese mismo lugar, no pensó en mis sentimientos, así que no merece que yo piense en los suyos.

—Woah, tienes que aprender de tu hermano, Jen.

El menor rodó los ojos.— No tengo que aprender nada de él.

—No hables así del futuro presidente de Corea.

—JaeMin.— Me acerqué para tomar sus manos.—¿No quieres que mi madre te adopte? Eres el hermano que siempre quise.

—¿Por qué cada vez viene le preguntas lo mismo?

—Tú nunca me quieres apoyar.

—En fin, ¿Cómo te vas a declarar?— Jeno busco una libreta en uno de sus cajones y me la lanzó junto con un bolígrafo.

Abrí la libreta y escribí en la primera hoja.

«Confesión — Por Kim DoYoung.»

—No tengo idea.— Hice un puchero buscando las distintas situaciones que había visto en dramas para copiarlas.—¿Debería declararme en un café?

—¡Puedes invitarla a un café en la mañana!— Los ojos de JaeMin brillaban de, lo que yo suponía, era emoción.— Pero no te vas a declarar ahí, la invitaras a cenar en algún sitio que no tenga muchos clientes, no queremos que se sienta presionada. Luego de la comida, puedes hablarle de tus sentimientos y entonces le pides ser tu novia. Podemos jugar con los colores de tu ropa, ya sabes, la psicología del color...

Apunte rápidamente los puntos importantes mientras el peliazul planeaban cada uno de los movimientos que tenía que hacer esa noche.

Cuando se detuvo por unos segundos, volví al título y tache mi nombre.

«Confesión — Por K̶i̶m̶ ̶D̶o̶Y̶o̶u̶n̶g̶  Na JaeMin.»

(...)

—¿Qué te parece?— Di un sorbo al batido de vainilla que había pedido hace unos minutos.

Mark leía lo que había escrito en la libreta de Jeno por la mañana, había venido a contarle mi plan maestro hecho por un chico de 16 años.

—Me sorprende lo detallado que esta, ¿Lo hizo JaeMin?— Asentí sin dejar de tomar mi batido.—Siempre le da buenos regalos a Jeno, así no veo porque no funcionaria.

—Genial.

—Solo que, si yo fuera una chica, —Se aclaró la garganta mientras pasaba el trapo por tercera vez en el mismo lugar.— Me gustaría que me llevarán flores, le ha faltado ese detalle.

—Tienes razón.— Tome el cuaderno para escribir otro punto más que tenía que tomar en cuenta.—¿Cuál crees que le gusten?

—Todo menos rosas, ya está muy usado.

—¿Debería buscar el significado de algunas flores en internet?— Apoye mi mentón sobre la palma de mi mano.— Mejor pregunto directamente en una floristería, he escuchado que tienen definiciones más profundas.

—Sí tienes tiempo para eso, sería genial.— El menor se cruzó de brazos, apoyando la cadera contra la madera.—¿Realmente te gusta esta chica? Nunca habías llegado tan lejos con alguien.

—Siento que es sincera conmigo.— Miré al castaño con una sonrisa.—Me ha contando sobre su vida y no me dice que soy aburrido, tampoco la veo aprovechándose de mis apuntes, en mi opinión, es bastante buena.

—Me preocupa un poco, Do.— El contrario hizo una mueca de preocupación mientras se rascaba la nuca.— Es la primera vez que te veo tan emocionado, no quiero que te rompan el corazón.

—No me van a romper el corazón.

—¿Cómo lo sabes?

—Solo lo sé.— Sonreí con suficiencia.— ¿Crees que a Kim DoYoung le van a romper el corazón?

Mark dejó salir una risa y me golpeo sin mucha fuerza en el brazo.

—Confío en que sabes lo que haces.

—Mark.— Un chico de cabello rubio apareció detrás del menor, el castaño dio un saltito en su lugar por la sorpresa.—Que yo sepa, tu turno no ha terminado.

—Estaba limpiando la barra.— Pasó varias veces el trapo por el mismo lugar a la vez que le sonreía al mayor.—¿Por qué no te presento a mi amigo? Sí, eso debe servir.

El rubio alzó una ceja y desvió la mirada hacia mi persona, al verme, sus facciones se relajaron un poco.

—DoYoung, este es TaeYong.— Mark tomó la mano de su compañero de trabajo para acercarlo.— TaeYong, este es DoYoung, era mi tutor hasta hace un año.

—Un gusto, TaeYong.— Le extendí la mano, el rubio lo pensó un poco antes de corresponder.

—Lo mismo digo, DoYoung.— Tomó mi mano mientras sonreía.

Morosis; Kim DoYoung; LS#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora