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Tal vez en azul se vería mejor

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Tal vez en azul se vería mejor.

—Solo te estoy diciendo, que si no la conocías, no deberías hablarle de esa manera.

Uhm, no.
¿Verde?

—¡Por eso mismo! ¡¿Que sentido tiene decir que está enamorada de mi?!

Oh, Amarillo, más brillante.
Si, eso iba estar bien.

—¡Pero eso no te da derecho a ser un grosero de mier-

—¡Mark! —Interrumpí su quinto regaño en lo que iba de la semana, deje el mi dibujo de lado, para acabar con su absurda conversación.—Cuida tu vocabulario, maleducado.

—Exacto, eres un maleducado. —Hyuk dejo salir una risita maliciosa.

—Y tú, haz silencio, si no vas a comprar nada, te puedes ir. —Volví a tomar mi dibujo, tratando de encontrar el color perfecto para el fondo. —¿Y bien?, Aún te veo aquí parado.

—¡Ya! No tienes que ser tan malo conmigo. —Se quejó el menor de los tres. —Solo he venido a contarles lo que ha pasado hoy en el campus y me tratan así, ¿Acaso no me quieren?

—No. —Respondimos Mark y yo, al insinúo.

—Me ofenden, y mucho. —Se cruzó de brazos.

—Si, bueno, tu vas ofendiendo jovencitas por ahí, y yo no te digo nada. —Haechan abrió su boca, muy ofendido. —Mark ya lo ha dicho, podrías ser más cuidadoso a la hora de rechazarlas.

—No es como que sea mi culpa. —Se justificó el menor. —Ellas solas se enamoran. —Suspiré escuchando su patética excusa. Y estuve por contestar, hasta que escuche la campana de la puerta.

Ay no.

—Creo que me llaman en la cocina, les encargo está a ustedes. —Deje mi libreta sobre el mostrador, y me alejé rápidamente, entrando a la cocina.

Había perdido la cuenta de las veces que venía DoYoung al restaurante. Algunas veces se quedaba hasta que acabará mi turno, y según me había contando Mark, había venido en uno de mis días libre. Era sorprendente ver la insistencia del chico, y las buenas intenciones que tenía detrás de esta.
Lo cual me hacía sentir como una terrible persona, pero por más ganas que tuviese de contarle toda la verdad, era probable que no me creyera y AhReum no se había dignado en enfrentar sus problemas.
No tenía ni la menor idea de cómo ella vivía con todo ese peso, yo solo sabía del problema y me pesaba la vida.

—Lee, mesa siete. —El cocinero me entregó el plato ya servido, así que no me quedó de otra que salir de mi escondite.

Mientras entregaba las órdenes, podía sentir la mirada de DoYoung a mis espaldas, pero intente ignorarla, y seguir trabajando como si nada pasara.
Esto se había vuelto realmente molesto e injusto. ¿Porque yo debía cargar con este problema? ¡Yo me había negado desde la primera vez que mencionaron el estúpido plan!

—Hyung, Ya es su tercera taza de café, ¿Tan difícil es decirle que no quieres hablar con él? —Dijo Mark con gran reproche.

—Si. —Deje la bandeja vacía sobre el mostrador. —Llevo una semana entera diciéndoselo, pero no lo entiende. —Mire mi reloj, y me di cuenta que mi turno ya había acabado, así que debía apurarme o llegaría tarde a clases.

—Entonces ella ha de ser muy importante para él, Hyung. —Me detuve en mi lugar, y trague en seco. No por favor. —Si tu estuvieras en su lugar, ¿No te gustaría saberlo? —Sentí gran tristeza ante las palabras de Mark.

Si yo fuera DoYoung...

Era deprimente pensar en eso.

Él probablemente estaba entregando todo de sí mismo, a alguien que se burlaba a sus espaldas, y que además lo engañaba con alguien más.

—Probablemente... —Tome mi mochila, suspiré pesadamente. Ni porque había dejado de ser amigo de esos dos podía vivir en paz. Revise una vez más la hora, y camine hasta la mesa de DoYoung.—Mañana, es mi día libre, no vengas. —Apreté mis labios con fuerza, por lo que estaba por decir. —Tengo algo de tiempo libre  a medio día, en la cafetería del campus. Te espero ahí.

—Graci-

—No. —Interrumpí su agradecimiento, porque no lo merecía. —No me agradezcas. —DoYoung me miró en silencio, di una palmada en su hombro, y salí del local.

(...)

Revise mi teléfono al salir de clases, ignorando los mensajes de texto por parte de DoYoung. Vaya que era intenso, incluso después de confirmarle nuestra "reunión", seguía escribiéndome, y aunque intenté contestarle la mayoría, simplemente sobrepasaba mi capacidad.
¿Cómo tenía tanto tiempo para escribirme y estudiar?

—¡TaeYong! —DoYoung levantó su brazo, saludándome desde su asiento en la cafetería. —¡Por aquí!

—Hola. —Me senté frente a él y note que ya habían bebidas sobre la mesa.

—¿Qué estudias?

—Artes visuales. —Tomé un trago de la bebida frente a mi, y nos quedamos en silencio. —Lo siento, esto es realmente incómodo. —Solté, haciendo que DoYoung riera.

—Es normal, supongo. —Se encogió de hombros, restándole importancia.

—Es mejor ir directo al punto. —Pase mis manos por mi cabello, mordiendo el interior de mi mejilla, con notables nervios. —Ya te lo he dicho antes, hay cosas que no me corresponden decirte. Ella es tu novia y creo que deberías hablar directamente con ella.

—AhReum esta teniendo un mal tiempo, TaeYong, no puedo presionarla por algo así.

—¿Nunca has dudado de ella?

—Nunca he tenido una razón para hacerlo. —A este punto no sabía si AhReum era realmente buena en ocultarlo o DoYoung era simplemente despistado.

—¿Acaso sabes algo sobre su vida fuera de la universidad?, No me contestes. —Me crucé de brazos pensando en cómo decirle que su novia no era más que una mentirosa. —Debieras preguntarle a dónde va todos los fines de semana, con quien pasa su tiempo, por qué nunca te había presentado a sus amigos. No le des tu confianza tan fácilmente.

—Eso suena muy controlador, TaeYong. —DoYoung frunció su ceño. —Esta bien que ella tenga su espacio, no quiero presionarla.

—¿No te parece extraño?, solo llevan meses Conociéndose y ella acepta absolutamente todo lo que le digas, y extrañamente tienen los mismos gustos.

—¿A quien no le gustan los museos? —Sonó bastante ofendido ante mi declaración.

—A mucha gente, DoYoung. —Respondí.—Nunca te hablo, ni te dirigió la mirada, y de un día a otro mostró mucho interés en ti, ¿Cómo nunca te lo cuestionaste?

—Tal vez...

—No intentes justificarla, DoYoung, ella no es tímida, y lo sabes.—Lo mire, dando mi mejor intento de convencerlo. —Esta en ti si decides creerme o no, estoy haciendo lo mejor que puedo.

—Sería más fácil si me dices todo de una buena vez, y no me dices este tipo de cosas.

—No es algo que yo deba decirte. —Terminé mi bebida, necesitaba acabar con esto de una buena vez. —Si AhReum no está dispuesta a decírtelo, debes encontrar la verdad por ti mismo, DoYoung.

—¿De qué estás hablando?

—El sábado, a las ocho de la noche, dile que quieres verla, que es urgente o que necesitas verla, no lo sé.—Saque mi billetera, para dejar el dinero por mi bebida. —Si AhReum acepta tu invitación, yo mismo te diré lo que está pasando, pero si no lo hace. —Deje los billetes sobre la mesa y tomé mi mochila. —Si no lo hace, entonces tienes un motivo por el que dudar.


















Morosis; Kim DoYoung; LS#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora