Morosis; Kim DoYoung; LS#1

09

Toqué la madera varias veces con mi puño mientras que acomodaba el regalo bajo mi brazo. Después de unos segundos, el cuerpo de DoYoung apareció frente a mí.

—Pensé que no ibas a venir.— Se movió hacia un lado, dejándome pasar a la vivienda.—Sólo falta un amigo de Jeno y estamos completos.

Le entregué el regalo que no era más que un disco de esas bandas antiguas, DoYoung lo había mencionado una vez. —Pensé que a Jeno no le gustaban las fiestas.

—Las odia.— Di un vistazo a la sala, un cartel de feliz cumpleaños y unos cuantos globos decoraban el lugar. Un grupo de chicos estaban reunidos frente al televisor, jugando algo.—Pero a mi madre le encanta.

Asentí y di pasos largos hasta el sofá, tomando asiento en el mismo a la vez que llevaba mi mirada a la pantalla plana.

«Maldición, están jugando Mario Kart.» Podía sentir como mis dedos empezaban a hormiguear, TaeYong y yo habíamos pasado horas compitiendo en ese juego.

—¿Quieres jugar?— Un chico de piel canela de volteo extendiendo el mando de la consola con una sonrisa.

Dude por unos segundos llevando mi mirada hacia DoYoung esperando su aprobación, me observó con una expresión divertido e hizo una ademán para tomará el control.

En el pasado, JaeHyun me había repetido muchas veces debía dejar de jugar esas cosas, siempre recalcaba lo infantil que eran ese tipo de cosas.

—Claro.— Tomé asiento en el suelo, junto con los otros chicos. Uno de ellos vestía completamente de negro, suponía que era Jeno por las descripciones de DoYoung.—Feliz cumpleaños, Jeno.

El muchacho alzó las cejas con sorpresa y murmuró un pequeño gracias mientras seleccionaba uno de los mapas.

«Esto no iba a estar tan mal.» Pensé.

(...)

—¡He ganado!— Grité mientras me ponía de pie para realizar mi baile de celebración.

—¡Seguro has hecho trampa!— Chenle se quejó desde el suelo.—¡Pon el mapa más difícil, Jeno!

—¡¿Trampa?!— Rodé los ojos mientras reía.— Ni siquiera he usado los atajos, sólo soy buena en esto.

—¡Juguemos otra partida!— Jisung se volteo a ver a Jeno, el pelinegro tenía la mirada puesta en su móvil.— ¿Pasa algo, Jen?

—Es JaeMin...— Dijo en voz baja y los otros dos se dedicaron una mirada cómplice.— Dice que llega en 5 minutos y quiere que yo, específicamente, abra la puerta.— Hizo un puchero mientras leía los mensajes. —No entiendo para qué.

Me agache a la altura del más pequeño y susurre cerca de su oreja.—¿Me estoy perdiendo de algo?

—Lo enteras cuando JaeMin llegué.— El chino me dedico una sonrisa mientras intentaba ponerse de pie, le extendí una mano para ayudarlo.— Son mejores amigos y JaeMin siempre intenta darle los regalos más impactantes.