Capítulo 8

447 22 3
                                    

Luego de darme una ducha baje a la cocina a prepararme un café, sé que suena contradictorio, tomarse un café antes de dormir, pero durante mis días de universidad fue mi mejor amigo, y ahora ya no me causa efecto, solo lo bebo por que amo su sabor.

No podía quitarme de la cabeza lo que me había confesado Chopper, quede muy preocupada, tengo un debate interno de contarle o no a Kenshi-san acerca de aquello, sé que es lo mejor para todos ellos; pero a la vez no quiero defraudar la confianza que el pequeño a depositado en mí.

Sin embargo, debía comportarme como una adulta responsable, y la confesión de Chopper era algo muy grave.

Un dólar por tus pensamientos. –la voz de Zoro a mis espaldas me sobresalto y casi tiro mi taza de café al suelo. – lo siento, no quise asustarte.

– No lo hiciste, solo estaba distraída. –me giré hasta quedar frente a él, aunque no sé qué tan buena idea fue, ya que tenía el torso descubierto y algunas gotitas de sudor marcaban su trabajado abdomen, mordí mi labio inferior de manera involuntaria.

Despeje mi mente y trague con algo de dificultad el nudo que se había formado en mi garganta y subí mi vista hasta su rostro, donde en sus labios se formaba una sonrisa pícara y socarrona.

Estabas entrenando. – afirme

Como cada noche antes de dormir

¿quieres algo de beber Kenshi-san? –retrocedí un paso, estar cerca de él, su cuerpo semidesnudo y el intoxicante pero exquisito aroma de su perfume, no me dejaban pensar con claridad.

Un vaso de agua está bien. – camine hasta la heladera y saque una jarra con agua, serví un vaso, regrese la jarra a su lugar y puse el vaso frente a Zoro, quien se había sentado en la isla de la cocina, frente a donde tenía servida mi taza de café.

Gracias. – me dijo cuando deje el vaso frente a él.

No es nada. –regrese a mi lugar y tome un pequeño trago de mi café. Observe disimuladamente al hombre frente a mí, parecía como si cargara el mundo sobre sus hombros.

Nuevamente las palabras del pequeño Chopper invadieron mi mente.

¿estás bien? – su tono de preocupación me desconcertó por unos instantes.

Si alguien te cuenta un secreto, porque tiene miedo de hablar, pero aquel secreto puede ayudar a otras personas, o al menos ponerlos sobre aviso de algún peligro ¿Qué harías? – sé que sueno como una niña, pero no encontré otra manera de abordar el tema sin traicionar la confianza que Chopper había depositado en mí.

¿tengo que descifrar algún tipo de código? –me miro como si me hubiese crecido otra cabeza.

No, solo era una pregunta, me acabo de enterar de algo importante que aqueja a personas a quienes les tengo cariño, pero no quiero perder la confianza de quien se atrevió a abrirme su corazón y contarme sus temores. – no se si fue mi tono de voz, o mi lenguaje corporal, pero Zoro se puso en alerta e inmediatamente me apremio a que continuara hablando.

¿mis hermanos te dijeron algo?

¿Por qué crees que fue uno de tus hermanos?

Solo por ellos, te preocuparía tanto decirme algo que sabes es crucial, pero no quieres que dejen de confiar en ti. – pestañee un par de veces incrédula y anonadada, había comprendido a la perfección mi debate interno.

CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora