Era la segunda vez en dos días que me llamaban Zorra, al menos esta vez el insulto estaba justificado, nunca pensé, ni en mis más locas fantasías que terminaría besando y siendo la "amante" de mi jefe, pero la verdad es que Zoro estaba más allá de todo eso.
No sabía cuánto podría durar está aventura por llamarlo de algún modo, pero mientras pudiese ayudarlo lo haría gustosa, además que de malo podría ocurrir, ya le dije que el me gustaba, y para mi sorpresa yo también le gustaba a él. Teníamos tiempo para ir conociéndonos, lo importante ahora era que diera resultado con Monet y aprovecharnos de su furia para sacarle información acerca de la vigilancia que Torao creía había en esta casa, y la actitud con la que llego, me hizo confirmar sus sospechas.
– Makino por favor retirate. – Zoro le pidió amablemente a la mujer, quise hacer lo mismo, pero me lo impidió sosteniendo mi antebrazo con su mano.
– Aun no has desayunado. – su voz era autoritaria, pero su agarre era flojo, me estaba dando la oportunidad de elegir si quería quedarme junto a él a enfrentar esta situación o prefería irme. Comprendí que él entendería ambas.
Así que volví a sentarme en el sofá y tomé mi taza de café de la bandeja.
– ¿Vas a ignorarme? – el grito de Monet resonó en mis tímpanos.
– No te ignoro, solo no sé de qué diablos hablas. – la manera en que se refería a ella me sorprendió, parecía tan tranquilo, supongo que ya debe estar acostumbrado a tratar con sus arranques de locura, al fin y al cabo, son solo una familia de mafiosos que han estado amenazándolo durante dos años, no debía sentir pena por esta mujer, era tan malvada como su hermano.
– No te hagas el idiota, trajiste esta Zorra a tu casa para engañarme con ella. – nunca sabre de donde he sacado las fuerzas para quedarme sentada y en calma bebiendo mi café.
– Te pediré cordialmente que dejes de insultar a mi personal, y menos si no tienes un motivo de peso.
– Como que no tengo motivos, estas con ella solo en tu despacho.
– Makino estaba aquí también cuando entraste, tengo trabajo pendiente y debo hablar con Robin de mis hermanos, hoy trabajare desde casa. – Zoro aun permanecía en pie dándole cara a Monet, tenía que conseguir que perdiera el juicio y confesara que estaban vigilando la casa.
– No te hagas el imbécil, sé que me estas engañando con ella, ¿es que no te importa lo que pueda pasar? – aquello era a todas luces una amenaza, el ambiente cambio radicalmente en el lugar, vi como Zoro tensaba la mandíbula y cerraba sus manos en puños a sus costados.
– Me tienes cansado con tus amenazas Monet, ¿tienes alguna prueba de lo que estás diciendo? – una vez más me sorprendió su capacidad de mantener la calma incluso en esta situación, lo estaban volviendo a amenazar, pero él seguía adelante con el plan.
– Ya te lo dije, te acabo de ver con ella. – sonreí internamente, la voz le salió temblorosa, Zoro estaba logrando sacarla de sus cabales.
– Claro que no, es una estupidez toda esta escenita de celos, si no tienes nada mejor que hacer, te sugiero que te marches, Robin y yo estamos ocupados. – hasta un ciego podría ver el doble sentido de sus palabras.
– ¿me estas llamando estúpida? ¿Con quién crees que estás hablando? Te vi maldita sea, te creí un hombre de honor Zoro, pero eres igual a todos, me engañas y lo niegas, además traes a la puta de tu amante a vivir a tu casa, las imágenes no mienten. – hice un pequeño signo de victoria mental, ni siquiera voltee a ver a Zoro mientras lograba su cometido, cualquier pequeña mirada, podría delatarnos.
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Casualidad
FanfikceRobin es una joven profesora de historia, que ha huido toda su vida de un oscuro pasado. por asares de la vida llega a trabajar como tutora y niñera en casa de los hermanos Roronoa. quienes estan a cargo de su hermano mayor Zoro, luego de haber per...