Capitulo 1

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Me encontraba caminando por este lujoso barrio, mi amigo Franky, trabaja como Chofer en casa de unos niños ricos que se quedaron huérfanos hace unos años, están a cargo solo de su hermano mayor y creo que el tipo es un energúmeno, o al menos eso me ha dicho Franky.

Me pidió que pasara a buscar unos libros que quería que leyera, estaba a solo unas cuadras cuando choque contra un muro, es tan típico en mi andar siempre en las nubes, así que tropezar o chocar contra algo no es algo nuevo.

- Maldición, por que nunca te fijas. – me reprendí en voz alta, tengo la manía de hablar sola.

- Disculpa. – alce mi vista anonadada, dándome cuenta recién que no había chocado contra un muro, si no contra una persona.

- Lo, lo siento, no lo decía por ti. – me apresure a decir.

- Entonces que, ¿eres una especie de maniaca que habla sola? – el tono burlón y sarcástico que utilizo, no me gustó nada.

- No soy una maniaca, de vez en cuando es bueno hablar con uno mismo. – rebatí y me sentí ganadora, retrocedí un par de pasos y mire a aquel hombre que me devolvía la mirada de una manera burlona, tenía unos profundos ojos de color gris oscuro, un trabajado cuerpo y lo que más llamó mi atención fue aquel extraño color verde de su cabello, parecido al color de un marimo, solo había visto algunos una vez. Pero llamo profundamente mi atención.

- De todas formas, este es un barrio privado, nunca te había visto por aquí. – me recorrió con la mirada y me sentí desnuda ante él.

- Vine por unas cosas para un amigo. – no se por que le di aquella explicación, pero sentía que necesitaba hacerlo.

- Entonces no te entretengo más. – comenzó a caminar, pasando de mí.

- Bastardo engreído. – solté una vez que salió de mi vista.

Seguí caminando hasta la casa en donde trabajaba Franky, hoy había sido un día de mierda, me acabo de terminar mi reemplazo en la escuela, y me he vuelto a quedar sin trabajo, no se quien dijo que estudiar pedagogía seria excitante y lucrativo, la verdad es que no hay campo laboral, he hecho reemplazos por dos años y aún no me contratan como personal de planta, y encontrame con ese tipo solo lo había empeorado.

Definitivamente, Franky no trabajaba en una casa, esto era una mansión, el lugar era enorme.

Saqué mi celular y le envié un mensaje a mi amigo avisándole que estaba afuera.

- Hey Robiiiin, te estaba esperando, ven por aquí, tengo los libros en mi habitacion. – bese a Franky en la mejilla cuando me dejo pasar por la puerta.

- Es bueno verte Fran, ha sido un día de mierda. – le confesé

- No te dejaron de planta ¿eh? – Franky revolvió mi cabello.

- No, he terminado con mi reemplazo numero 30, y aun no consigo un contrato definitivo, no lo entiendo, me evalúan bien, los niños me adoran y los padres o tutores están conformes con mi labor, no entiendo que pasa. – me queje algo deprimida.

- No te preocupes por eso, pronto encontraras algo. – al entrar por la puerta de servicio esta daba directo a la cocina, que era de el tamaño total de mi departamento.

- No entiendo nada, y ninguno de mis hermanos me quieren explicar. – un pequeño niño que llevaba un tierno gorro de reno se quejo desde la mesa de la cocina.

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