Capitulo 12

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(Zoro POV)

– No necesitas de nadie más, yo te puedo ayudar con eso. – trague en seco tras escuchar esas palabras y voltee mi cabeza en dirección a Robin quien estaba levemente sonrojada, y la imagen mental que se me creo no ayudaba en ese momento.

– ¿De...de que hablas? – la voz me salió entrecortad y me atragante con saliva.

– No te pongas nervioso Kenshi san, solo digo que yo puedo ayudarte con Monet, ya me odia lo suficiente para lograr el efecto que necesitamos y sí además cree que estás interesado en mí, sería la guinda del pastel. – su razonamiento tenía bastante lógica, pero no dejaba de hacerme sentir un aprovechado, no era nada honorable usarla de esa manera.

– Lo hablaremos luego. – le dije, a pesar de que su amigo frente a nosotros, me ayudaría con mi problema con Doflamingo no lo conocía de nada para decir frente a él mis dudas acerca de esa parte del plan.

– Bueno, no importa cómo ni con quien lo hagas, mientras de resultado, lo importante es que ella misma de el pie para comenzar a registrar tu casa en busca de cámaras y micrófonos. – volví mi mirada hasta el hombre frente a mí, parecía tener experiencia en cuanto a las tácticas de Doflamingo. Y se lo hice saber.

– Pareces saber mucho acerca de los métodos de Doflamingo. –

– Llevo bajo la tutela de Rocinante desde los diez años, he aprendido un truco o dos de cómo se maneja el mayor de los hermanos. – su voz era firme y clara, al parecer le había molestado mi comentario.

– No quise ofenderte, pero debo resguardar la seguridad de mis hermanos y aunque confío en el buen juicio de Robin, no puedo correr riesgos en este momento. – mi punto era demasiado valido para mí, si confío en este tipo me estoy jugando mi vida y la de mis hermanos, no tengo espacio para el error.

– Comprendo, pero si vamos a trabajar juntos la confianza es fundamental. –

– Estoy de acuerdo. – afirme

– En cuanto tengan la información se contactan conmigo, no las saquen de inmediato, enviare a alguien de confianza para que pueda hackear las cámaras y los micrófonos, en el mejor de los casos podremos infiltrarnos en su red, en el peor ya no podrán vigilarte en tu casa. – al menos esa idea me dejaba tranquilo.

El camino hasta el auto fue en completo silencio.

– ¿Por qué te ofreciste a ayudarme? – debía hablar de esto con ella antes de llegar a casa.

– ¿No crees que tu auto también podría estar comprometido? – su pregunta era válida, pero sabía de ante mano que no era así.

– Ni Monet ni nadie de su entorno se ha acercado a este auto jamás, es uno de mis tesoros y no saben de su existencia. Lo adquirí con los fondos que tengo gracias a la inversión que tenemos con Sanji. – explique, pero note que entendía cada vez menos. Así que continué diciendo.

– Antes del accidente de mis padres, me dieron un pequeño capital para que invirtiera en mi propio sueño, en ese tiempo estudiaba en la universidad y era campeón de kendo, así que todos asumieron que simplemente mal gaste ese dinero, pero lo cierto es que Zeff, el padre de Sanji estaba en un apuro, las ventas del restaurant no iban muy bien, le entregue el 70% del total del dinero y a cambio me nombro su socio capitalista, con el otro 30 me compre esta belleza. – sonreí ante el recuerdo, que fácil era mi vida en aquella época.

– ¿Y Doflamingo no tiene idea de esa inversión? – en su voz había genuina preocupación.

– Por suerte no, no está a mi nombre, si no de una sociedad, ya que Sanji también tenía dinero ahorrado, pero su padre no lo quería recibir, así que en realidad ambos somos socios a partes iguales en el Baratie, el dinero de las ganancias está en una cuenta secreta, solo él y yo podemos acceder, es un alivio que el idiota enamoradizo sea abogado. – encendí el motor del auto y arranque camino a casa, aunque llevaba la vista fija en la carretera, podía sentir la mirada de Robin en mí.

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