Capítulo 10

477 21 7
                                    

Me costaba creer todo lo que estaba oyendo, aunque en el fondo sabía que Zoro tenía razón en cada palabra que decía, podía ver claramente la angustia, ira e impotencia que le causa la situación en la que se encuentra.

Entre más lo escucho y observo, me convenzo más de que lleva el peso del mundo sobre sus hombros, y no logro dejar de empatizar con él y el increíblemente estúpido ideal de querer alivianarle la carga, aunque sea solo un poco. Es por esa razón que me ofrecí a ayudarlo, y que de algo sirvan los contactos que tengo desde pequeña.

Cuando terminé de hablar lo vi titubear, me miro a los ojos fijamente y me puse nerviosa, se acercó lentamente a mí, y cerré mis ojos en anticipación, pude sentir su respiración a solo unos centímetros de mi rostro, de hecho, hasta se mezcló con la mía.

Me quede inmóvil esperando un beso que nunca llego, en cambio poso sus labios en mi mejilla y luego apoyo su frente junto a la mía.

Gracias Robin, de verdad, gracias. – abrí los ojos lentamente y pude jurar por su expresión, que quería decir algo más. Estuvimos así un instante, y al separarnos extrañe su calor.

Será mejor que te lleve a casa, debo volver al trabajo. – me tendió la mano para ayudarme a levantar, la tomé, aunque no la necesitara y agradecí el gesto.

Por supuesto, además debo hacer unas llamadas y tengo un jardín que cuidar. – le sonreí amablemente.

...

Sé que quizá te estoy pidiendo demasiado, ¿pero podrías intentar hablar con mis hermanos?, si alguien los amenazó estoy seguro que se sentirán con menos miedo, si te lo dicen a ti. – íbamos en el auto de camino a casa, cuando me dijo aquello, estaba cabizbajo y su voz se oía algo apagada.

No hay problema Kenshi san, puedes contar conmigo para lo que necesites. – mis palabras implicaban algo más, y espero que haya entendido el mensaje.

Gracias otra vez. – cuando llegamos a la mansión se detuvo junto a la entrada principal, se despidió de mi besando la comisura de mis labios y deje una suave caricia en su mejilla con mi pulgar.

Entre en la casa aún pensando en todo lo que había ocurrido estás ultimas 24 horas, ha sido tanto que pareciera ser mucho más tiempo.

¿Dónde diablos fuiste? ¿Por qué vienes llegando a esta hora? ¿estás bien? ¿estás en problemas? – Franky me encontró a mitad del jardín y me acribillo a preguntas

Tenía cosas que hacer, estoy bien y no, no estoy en problemas. – respondí enumerando sus preguntas, por obvias razones no podía decirle donde estaba, ni nada relacionado al problema de los Roronoa con la familia Donquixote.

No es nada suuuuper esconderles cosas a los amigos. – maldición, odio cuando juega las cartas de la confianza y la traición. Pero esto es mucha más grande que todo, entre menos personas sepan, más probabilidades hay de atrapar a Doflamingo.

Una chica debe tener sus secretos, Franky, no puedo contarte todo. – me Sali por la tangente.

Eso espero. – sé que Franky me cuida como si fuese su hermana, y sé también que no le gustaría nada saber los pequeños momentos de intimidad que he tenido con nuestro patrón.

Me dedique el resto del día a ayudar a Makino y Dadan con los que haceres de la casa, aunque Zoro me dijera mil veces que ese no era mi trabajo, mientras tuviese la oportunidad, las ayudaría en lo que me fuese posible.

CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora