Capítulo 6

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- ¿No te enseñaron que es de mala educación escuchar tras las puertas Kenshi-san? – intenté disimular mi nerviosismo lo mejor que pude.

- No pongas excusas y responde. – estaba serio, mire a Sanji disimuladamente, pero esté, ni se inmuto ante la fría mirada, y exigente voz de su amigo.

- De por qué Chopper no habla con la gente, sobre todo si no está en confianza. – no era del todo una mentira, ya que realmente quería saber que había pasado con el pequeño.

- Cualquier duda que tengas acerca de mis hermanos, me la debes decir a mi directamente. – Zoro dio media vuelta y salió de la cocina.

Me quede mirando su espalda sin reaccionar por unos segundos, luego me voltee a ver al rubio

- ¿Qué fue eso? - le pregunte, la extraña situación me pareció bastante confusa, no llegue a lograr comprender la actitud de mi jefe.

- No tengo la menor idea, ese marimo estúpido, está cada vez más gruñón. – respondió a cambio, con el ceño ligeramente fruncido, pero una sonrisita bailando en sus labios, mientras aun miraba en la dirección por la que se había ido su amigo.

Lo sentí suspirar y negar levemente con la cabeza.

- Marimo idiota, nunca haces nada bien. – le oi susurrar, pero fue tan bajo que no se si lo imagine.

Continuamos preparando la cena y dejamos totalmente de lado el tema de la familia Roronoa, en cambio nos enfocamos en trivialidades y algunos gustos personales.

Al finalizar fui a prepararle el baño al pequeño Chopper, había quedado agotado luego de jugar a los piratas.

Cenamos entre las risas de los hermanos, contándonos a Sanji y a mí, como había ido la búsqueda del tesoro; como es que terminaron enterrando a Usopp hasta el cuello y Luffy empapado por haberse lanzado al lago siguiendo una pista de la búsqueda.

Después de cenar, Usopp propuso realizar una fogata, así que una vez que todos terminamos de limpiar, nos dirigimos hasta el patio trasero de la cabaña, en donde se encontraba un lugar destinado para este fin, en el medio había un agujero con trozos de madera. Zoro y Sanji se dirigieron hasta el almacén para traer más.

Nos sentamos sobre unos troncos gruesos, adaptados para aquella labor, estaban tallados para servir de bancas.

Una vez prendida la fogata, los chicos comenzaron a contar historias de terror, y podía sentir a Chopper estremecerse con las mentiras de Usopp.

Llevábamos más de una hora entre historias de terror, malvaviscos y anécdotas de los pequeños hermanos, cuando sentí a Chopper roncar en mis piernas. Me iba a levantar con él, sin embargo, Zoro lo tomo de mis brazos.

- No te preocupes, yo lo llevo, ustedes dos. – hablo dirigiéndose a Luffy y a Usopp. – ya es hora de ir a la cama

- Vamos Zoro, ya tengo 17. – reclamo el tercer hermano.

- Y eso confirma que sigues siendo menor de edad y debes obedecerme, así que a dormir. – refunfuñando y de mala gana los dos hermanos siguieron al mayor, que llevaba a Chopper en sus brazos.

- ¿quieren algo de beber señoritas? – nos preguntó Sanji una vez que los demás habían entrado.

- Licor de mandarina para mí. – pidió Nami

- Una copa de vino, por favor.

- Sus deseos son órdenes. – Sanji asintió y entro en la casa.

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