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La asiática acarició su mejilla con la palma de su mano derecha y sus labios color carmín se curvaron en una sonrisa. La complexión de Min estaba adornada con un qipao rojo de dos piezas. Feng abrió la boca para pronunciar un par de palabras, sin embargo, no logró percibir su voz. Frunció el ceño, confundido por el acontecimiento e intentó cuestionarla sobre qué había dicho pero para su sorpresa, tampoco pudo emitir sonido alguno. La menor se acurrucó en su pecho y entonces pudo notar lo baja que era a su comparación. Por inercia, rodeó el delgado cuerpo de la chica con sus brazos y cerró los ojos, disfrutando de ese extraño momento.

—¿Herman?

De repente, la voz de la gamer llegó a sus oídos y no pudo evitar mirarla, extrañado. Hace unos momentos no podía escucharla, ¿cómo es que ahora si?

—Dime.

—Despierta.

Carter negó con una sonrisa en su rostro, divertido. ¿A qué se refería con despertar?

—Estoy despierto, querida, y contigo.

Bajó sus manos hasta las caderas de la azabache y la atrajo más hacía él.

—No, no lo estás. Por favor, despierta.

Feng intentó alejarse, pero el agarre del moreno era firme. No quería que volviera a escapar otra vez.

—Esta vez no, niña.

—Tienes que despertar, esto no es real.

El Doctor enarcó la ceja y poco a poco fue separándose de ella.

—¿A qué te refieres?

Min se puso de puntillas y unió sus labios con los de Carter de manera rápida.

—Si esto fuera real, yo no me atrevería a besarte porque estoy enamorada de Nea, ¿recuerdas? Ahora despierta, tienes trabajo que hacer.

Y en aquel momento, la confesión le cayó como un balde de agua fría, despabilándolo por completo. La cabeza aún le palpitaba un poco, pero era soportable y las náuseas habían desaparecido. Se frotó la cara con las manos y se sentó en una de las orillas del colchón. ¿Qué demonios había sido eso? ¿En serio había soñado con la mujer de procedencia china que vivía con él? Y peor aún, lo había besado. Vaya estupidez.
Se levantó de la cama y subió las escaleras que conectaban el sótano con su oficina. Una vez ahí, examinó su alrededor. Las hojas, carpetas y plumas que había tirado el día anterior ahora estaban perfectamente acomodadas en las estanterías correspondientes, y ni hablar de su escritorio, que resplandecía de limpio. En definitiva, Sally había hecho un excelente trabajo, más tarde se lo compensaría.
Prosiguió caminando hasta el pasillo que unía el viejo quirófano y el cuarto de baño a su oficina, pero antes de que pudiera dar un paso más, un sonido o mejor dicho, quejido proveniente de las duchas llamó su atención. A medida que se iba acercando, los suspiros iban en aumento pero se detuvo enfrente de la puerta, analizando la situación. ¿Quién podría estar en su baño? Era imposible que Sally siguiera en su reino después de tantas horas, así que la descartó de inmediato. ¿Feng Min? Probablemente, pero nunca la había escuchado de esa manera y menos con un timbre de voz tan agudo, aunque tal vez tenía una razón para quejarse así. Apretó la manija de la puerta con la intención de abrirla, pero la parte del ente que se escondía en su subconsciente le advirtió que alguien había ingresado a su terreno. Antes de retirarse, oyó que la asiática pronunció su nombre. Ojalá pudiera quedarse a averiguar el motivo, pero tenía visitas que atender.

.

.

.

—Entonces...

—¿Entonces?

—Déjame ver si entendí. Un culto "maldito" te obligó a engendrar a un demonio al que llamaban Dios, pero tú tomaste la pastilla del día después y lo abortaste.

—En primera, no se llama pastilla del día después, es aflaofotis, sirve para exorcizar demonios. Y segunda, no creo que eso pueda llamarse abortar porque Claudia lo ingirió y continuó el proceso.

Explicó Cheryl, sentada en un tronco alrededor de la fogata. A pesar de que el fuego era suficiente para no hacerla pasar frío, seguía abrazándose a sí misma.

—¿Quién es Claudia?

Le cuestionó Meg.

—¿Y por qué se tragó el feto de un demonio?

Complementó Zarina, con una mueca de asco.

—Ella era una sacerdotisa perteneciente a La Orden, sólo... Quería un mundo mejor pero de la manera equivocada.

Confesó la rubia, bajando la mirada hacía las brasas.

—Basta de preguntas, chicos. Es hora de cenar.

Anunció Laurie, provocando que la mayoría de supervivientes reunidos entorno a la fogata se dispersaran para recibir la última comida del día. Una vez a solas con Mason, colocó su suéter gris en los hombros de la contraria y tomó asiento a su lado.

—Lamento la curiosidad de los demás, es sólo que es lo único que los mantiene distraídos en este infierno.

—Está bien, estoy más acostumbrada de lo que crees.

—Ya lo creo.

Heather elevó sus ojos y contempló el cielo sin ninguna estrella.

—Al menos ahora puedo dejar de huir de mi pasado porque no me alcanzará nunca más.

Ambas se sonrieron en complicidad pero el inesperado grito de Claudette las sacó de su burbuja.

—¡Ya despertó!

Strode fue la primera en ponerse de pie, seguida de Cheryl. De la casa de campaña de Morel se asomó una somnolienta Nea, envuelta en una manta verde. Laurie no dudó en aproximarse a la graffitera y abrazarla, al igual que David, Meg, Dwight y Yui. Mason los espectaba a una distancia aceptable ya que no conocía a la recién llegada más allá de que era una de las mejores de la niebla. Sus iris se cruzaron con los de Karlsson y se vio a sí misma hace algunos años cuando perdió lo más preciado de su vida: su padre. La pregunta era ¿qué había pérdido la pelirosa para cargar con ese dolor en su mirada?

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Holaa uwu
Perdón por el relleno de este capítulo, pero es que amo mucho a Cheryl y quería hablar sobre ella antes de introducir el dlc de Descend Beyond ; ;
Por cierto, pregunta seria (?
Quisiera escribir una historia totalmente independiente de esta que tenga como pareja principal a Felix y a Jane, ¿les gustaría? Si no chance y sólo hago un one-shot c':
Los qm, gracias por leer ✨✨

Electroshock [Dead by Daylight fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora