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—Estuvo cerca.

Comentó Feng, con la respiración agitada. Estaba agotada y con las manos sobre sus rodillas.

—Es irónico que estés cansada cuando eres una de las supervivientes más atléticas a las que me he enfrentado.

Rin caminó hasta el recibidor del Instituto Conmemorativo Lery y se sentó en una de las butacas de espera.

—Correr por mi vida no es atletismo.

Finalmente la jugadora recuperó la compostura y se detuvo frente a la japonesa, mirando a su alrededor.

—Siguiendo esa lógica muchos de tus compañeros no quieren vivir.

—Lo que quise decir fue--

Una nueva figura hizo presencia en la sala.

—¿Interrumpo algo?

Tanto Min como la Yamaoka menor voltearon hacía el dueño de la voz, encontrándose con un par de ojos penetrantes.

—¡Dr. Herman! ¿Cómo está?

Pronunció la chica de cabello flotante, tan entusiasmada que un pequeño nudo se formó en el estómago de la superviviente.

—Señorita Yamaoka, que sorpresa tenerla por aquí, ¿a qué se debe su agradable visita?

Carter observó fugazmente a Feng y sonrió. Tenía la vista clavada en el suelo y los puños ligeramente apretados. ¿Estaba celosa?

—Vine a dejar a Moon para que no se perdiera, ¿verdad?

Rin se aproximó a la de ascendencia china y la agarró por el brazo, sonriente. La mencionada reaccionó ante el contacto y asintió.

—Es muy considerado de tu parte, gracias.

Un silencio incómodo se instaló entre los presentes, provocando que las féminas se pusieran tensas.

—Bueno, abu me está esperando en el santuario así que tengo que irme, fue un gusto, Dr.

La japonesa se alejó de Feng y entró en fase para regresar a su reino, no sin antes gesticular una despedida para su amiga. Una vez a solas, la muchacha rompió el hielo.

—Entonces...

Empezó la azabache con timidez.

—Tengo que hablar contigo.

—¿Ah?

¿Otro regaño? Pero si ésta vez no se había portado mal.

—Regresarás a tu campamento.

—¿Cómo?

—Has cumplido tu sentencia, ya no eres necesaria para mi.

La asiática frunció el ceño sumamente confundida y negó con la cabeza, ¿de qué demonios estaba hablando?

—No entiendo, ¿por qué?

—Quebrantaste los límites que teníamos como asesino y superviviente.

—Pero TÚ accediste también.

—Lo sé, pero no me importa. Vas a volver con tus compañeros y nos olvidaremos de lo que pasó aquí.

—¿Quién te crees para tirarme a la basura nada más porque si?

—Herman Carter, ahora vete.

Feng estaba al borde de las lágrimas por todo lo que estaba sucediendo. Se sentía utilizada, menospreciada, inútil y estúpida. En algún momento creyó que el asesino por fin le estaba mostrando su verdadero ser, pero se equivocó, sólo la quería para un simple revolcón. Se limpió los ojos cristalizados y a paso torpe, salió del territorio del médico.

Electroshock [Dead by Daylight fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora