11. Chicago

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—¿Puedo pasar al baño?—escuche a medias pero estaba en shock. ¡¿Iremos a Chicago?! Estaba en medio de un vuelco de emociones como la confusión y la euforia cuando de la nada Jay Halstead pasa por mi puerta y se dirige al baño, pero antes de abrir la puerta se me queda mirando.

—Se me callo algo pequeño—mentí y fingí adentrarme por completo en mi habitación luego de que Halstead se metiera en al baño. En cuanto cerro la puerta tras él corrí hacia Erin.

—¡¿Chicago!?—exclame casi en un gemido para que no nos escuche.

—¿Nos escuchaste?—parecía muy poco molesta.

—Debes meterme devuelta a la agencia, seria fantástico. Y voy a probarte que soy mejor de lo que todos creen—asegure en voz baja y alzo sus cejas.—Lo prometo, Erin—confirme y ella suspiro.

—Lo hablaremos mañana—fue lo único que dijo antes de darme un impulso para que me valla a mi habitación como niña pequeña. ¡¿Pero como podía?! No podía esperar. Estaba segura que le demostraría a todos que era mejor de lo que pensaban y que Keegan se equivocaba en cada uno de sus pensamientos con respecto a mi en el trabajo. Iba a cerrarle la boca a él y a Lilian. Iba a hacer que todo se metan sus palabras por... no importa, iba a hacer que se las coman y cada una de sus opiniones. ¡Iban a caer de culo al suelo! Pero para eso debía autorizarlo Erin.

No podía creer que en todo el día no volvió a hablarme ni sobre Jay, ni sobre chicago, ni siquiera sobre el caso que tenían. Erin volvió a la agencia y no llego hasta la noche, pero yo me había quedado dormida en el sofá mirando una película, no pensé que limpiar todo el departamento me dejaría tan exhausta, estaba acostumbrada a limpiar uno muy pequeño.

***

—Es hora de levantarse, Nadine—me movió Erin y sentí el fuerte sol en mi rostro.

—¿Porque?—me refregué los ojos y sentí como me lanzo un par de vestimentas. 

—Iremos a trabajar y debes hacer tu maleta—respondió y mis ojos se abrieron en grande sin importarme la claridad.

—¿Que?

—No hay tiempo, báñate y vístete. Debemos ir a la agencia y contarles a los demás mientras agarramos el expediente—ordeno y corrí al baño. Aun no entendía por completo la idea, pero estaba mas que emocionada.

Sorpresivamente me bañe y vestí en menos de veinte minutos y Erin me hizo desayunar mientras íbamos a la agencia. No llegue a hacer mi maleta pero estaba segura de que si le decía eso a Erin me diría que eso es lo de menos. Ambas llegamos y en cuanto cruzamos la recepción el detective Jay Halstead estaba apoyado sobre el mostrador.

—Te esta buscando, Erin—le anuncio el guardia y ella asintió.

—Si, lo conozco. Vamos—le hizo una seña y este se acero a nosotras.

—Hola—lo salude y respondió el saludo con una sonrisa. Parecía amigable. Los tres subimos al ascensor (lo cual fue muy incomodo) y entramos en la oficina de agentes.

—Pero miren quien volvió—exclamo Agnes y todos parecían estar esperándonos. Yo me apoye al lado de Agnes y la escuche murmurar algo como: "Papacito" en cuanto Halstead entro. 

—Chicos, él es el detective Jay Halstead de la unidad de inteligencia de Chicago—lo presento la sargento y él procedió a contarnos el caso.

—La unidad de inteligencia esta investigando el caso de Erik Bennet, el cual según sabemos, su primo John Bennet fue asesinado a quemar rompa en su casa...

NADINE 1 (Divertida pero peligrosa) CHICAGO PDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora