—¿A Chicago?—fue lo primero que dije en cuanto llegue.—En menos de diez horas será navidad...
—Ya compre los boletos, nos necesitan. Es por los Stone—dejó la cerveza que estaba tomando sobre la mesa y alce mis cejas con sorpresa.
—Pensé que los habíamos exterminado.
—No la parte que se reprodujo—la vuelve a tomar y le da un sorbo largo.
—¿Es muy urgente?
—Saldremos mañana a eso del mediodía—respondió mi pregunta y deje mi abrigo en el perchero.
—Bien—suspire y me encerré en mi habitación el resto de la noche mientras empacaba algunas cosas.
Esa noche Erin no salió. Cuándo fue la hora de la cena tocó mi puerta y ni siquiera había notado el tiempo que había pasado.
—La cena esta lista—me sonrió y la seguí fuera de mi cuarto. Lindsay había pedido pizza y helado mientras desde el televisor pasaban música. Un buen plan alternativo en navidad cuando al dia siguiente solo tienes que tomar tus maletas y un avión a Chicago por trabajo.
Sonreí y me senté a cenar con un poco de culpa de no haber colaborado en nada. Charlamos un rato largo mientras de reojo y con ansias miraba el reloj en el televisor.
—¿A qué vamos a Chicago?—le pregunté.
—Al parecer los Stone no se cansan de causar problemas. Pasaron por Washington, Miami, Texas, Nueva York, todo hasta llegar a Chicago y crear más problemas. Al parecer hay cabos sueltos que atar, quizás podamos ayudar a averiguar que pasó en realidad la noche en la que la casa de Margaret Thompson explotó.
—¿Que?—frunci mi ceño.
—Es largo de explicar, creo que tendras tiempo de deprimirte con esto en el avión—no quiso seguir hablando del tema y lo entendí. En menos de media hora seria navidad y ya tendría todo el viaje para darle vueltas al asunto.
Cuando note que ya estaba por ser la hora anuncie que iría al baño, y mientras esperaba que no me descubriera tome su regalo. Hace una semana vi un muy lindo porta retrato y se me ocurrió regalarle dicho porta retrato para navidad junto con una foto que me encanta donde ambas estamos de espaldas con nuestros chalecos abrazadas mirando la ciudad. Se me hace muy significativa porque parecemos nosotras contra el mundo. Algo que no sabe que supongo que no sabrá es que detrás de la foto escribí algunos nombres de canciones que me gustaría que escuchara. Lo sé, lo sé, demasiado cursi... pero ¿Qué sería de mí si no soy divertida, torpe y cursi a la misma vez? Esa es la definición de Nadine.
Cuando mire mi celular salí con el regalo envuelto en papel rojo con muérdagos, renos y galletas de jengibre que había envuelto con completo cuidado ya que temía que lo sospechara.
—Oh...—sonrió viéndome cruzar el comedor.
—¡Feliz Navidad!—me senté a su lado y la abrace. Creo que seria la forma más triste de pasar navidad, en un sofá gris frente a la televisión comiendo pizza y viendo que un costado de la habitación está dedicado sola y específicamente a la navidad.
—Yo tambien te tengo algo—sonrió con diversión y seriedad solo como ella podía hacer. Ansiosa lo abrí y vi que era una libreta de fotos de mi cumpleaños en Molly's. Demonios, ni siquiera me lo esperaba. No me habia dado cuenta de que habían tomado tantas fotos ¡de todos allí! Hasta Evan se había tomado fotos con algunos bomberos con los que había hablado. Había otras muy graciosas y una que termine largando una carcajada.
—¡Oh por dios!—exclamé sonriendo de oreja a oreja. Se trataba de una foto donde estaba en medio del karaoke, más bien un par de fotos.
Erin espero para abrir su regalo y cuando lo hizo pude sentir la melancolía con la que miro la foto.
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NADINE 1 (Divertida pero peligrosa) CHICAGO PD
Aventura•Chicago P.D Luego de varios años, Nadine vuelve a su ciudad natal y comienza la academia de policía por la cual tanto había esperado. Pero el dinero escaseaba cada vez mas, entonces lo único que queda era buscar trabajo donde la acepten mientras te...