32. Amigos

153 14 2
                                    

Luego de esa noche deje de hablar sobre Nadia y en vez de eso compre unas flores para renovar en la pequeña parte de memorias del distrito. La sargento me lo agradeció pero no fue nada. Iba de paso con varias flores.

Camine sin rumbo y con un ramo de flores margaritas por un tiempo hasta llegar al cementerio. Busque su tumba y las deje sobre ella en un suspiro. Creo que debí avisarle a Stephen que vendría a Chicago y que visitaria a Max. Pero en cuanto solté las flores no pude quitar mi mirada de la lápida con su nombre y una increíble frase debajo: "No pierdas tiempo rindiendote cuando puedes ganar tiempo corriendo hacia la meta." Recuerdo que me dijo que había sacado esa frase de una película Italiana que había visto con su abuela.

Me quedé allí un tiempo, pensando y preguntándome  ¿Cómo alguien puede pasar tanto tiempo bajo tierra? Pero su alma ya no estaba allí, así que no había nadie bajo tierra. Ni siquiera pensaba en cuánto tiempo había pasado, odiaba pensarlo. Era... duro porque Max era mi mejor amigo y la única persona que me aceptaba a pesar de todo. Y que ahora no este conmigo era aún peor. Pero si no fuera por él...

Siempre era lo mismo. Escuchar, pensar o leer su nombre solo me recordaba a es dia. Él sobre un charco de sangre boca abajo... Ni siquiera tuvo la oportunidad de decidir si quería morir o no. Ni siquiera pudo correr o alej...

—¿Nadine?—escuche la voz de una mujer y me espante.—Que alegría verte—me miró sonriendo.

—Mary... lo lamento, me has tomado desprevenida—me levanto del suelo donde me había agachado y la miró de frente. Mary Liber era la madre de Max, ella siempre estaba sonriendo y oliendo fresco. Su piel era lo que más envidiaba y aunque siguiera al pie de la letra todas las recetas para mascarillas que ella me recomendaba, nunca lo lograba... Y Max se reía de eso.

—Es grandioso verte aqui, pense que estabas en California—me dio una mirada completa examinando mi aspecto mientras sonreía.

—Si, trabajo allí...

—¿Como va la academia?—alizo sus pantalones antes de sentarse en la banca a unos centímetros de donde estaba.

—En realidad fui algo así como reclutada a una unidad de agentes. Solo vine a ver a Evan por mi cumpleaños—me senté a su lado un tanto tímida... la última vez que había hablado con Mary y su marido había sido en el aniversario número cuatro de la muerte de Max, nunca era un buen dia.

—Oh... hablando de tu padre—se giró a mirar su bolso y de allí sacó unos sobres gruesos.—, iba a llevarle esto mañana pero lo llevaba conmigo para no olvidarme—me lo entregó y tenía mi nombre escrito con su letra en la parte trasera.

—¿Qué es esto?—pregunté frunciendo el ceño.

—Es tuyo—suspiro mirando el sobre en mis manos.—No me atreví a leerlo, pero según Riley—era la hermana de Max.—, dice que algunos relatos están incompletos—tomó aire y miro la lápida de su hijo.—Escribía demasiado en esa computadora... Tanto que ahora siento que no conozco a ese chico cariñoso que bajaba a cenar y con el cual convivíamos...

—Lo siento demasiado, Mary—trague en seco y baje mi mirada apenada. —Lo lamento tanto...

—No, linda. No hagas eso—me abrazó de lado y sentía un impotente nudo en mi garganta.

—Era su amiga, yo debí estar allí para él—balbuceé

—Nadine, nosotros éramos sus padre y tampoco pudimos hacer nada. No es tu culpa. Además...-soltó una simple sonrisa nostálgica, como si pudiera recordar.—Eres policía por él... Mira lo que esa simple muerte hizo. ¿A cuantas personas ya salvaron tu equipo y tu?—puso su mano en mi hombro.—Todo gracias a esa muerte. Gracias a eso, tu elegiste ser esto y salvar más vidas que podían haber terminado como la de Max. Esto ya no es tu culpa—me aferro mas a ella masajeando mi brazo.

NADINE 1 (Divertida pero peligrosa) CHICAGO PDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora