ONE-ON-ONE [Akira Sendoh]

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KANNA POV

El techo de mi habitación era lo único que veía, blanco, como también lo estaba mi mente. Después de ver cómo el chico que me gustaba se iba a cenar con otra chica y sus padres, había corrido a refugiarme en mi casa, más concretamente a mi cuarto. Me había estirado boca arriba entrando en un especie de trance, cansada emocionalmente. Akane quiso irse conmigo, pero le insistí que se quedara con Fukuda, al menos alguien podría acabar bien el día y disfrutar. Estaba totalmente drenada de energía, sin poder parar de pensar cómo podría haber sido aquella tarde junto a Sendoh, sino no se hubiera ido. Tras habernos conocido hacía dos meses, tuve la sensación que ese día en el partido podría haber sido una fecha para recordar. Pero todas mis expectativas acabaron en nada, más bien en un desastre. Todo aquello me hacía dudar aún más de si algún día me iba a confesar a Sendoh. No me imaginaba cómo iba a encajar en esa popularidad de ''estrella basquetbolista'' que era su vida. Aunque aquello también dependía de sí a Sendoh le gustaba y quería iniciar una relación, porque cabía la posibilidad de que no buscara nada serio. ¿Pero qué más podía hacer? Lo único que se me ocurría era dejarlo estar, que la relación fluyera hasta donde tuviera que llegar porque si no sufriría.

Mi limbo mental fue interrumpido por unos leves golpes en la puerta, donde seguidamente apareció la figura de mi madre, que hoy tenía la tarde libre.

- Has llegado muy temprano del partido, ¿no? Pensaba que estarías fuera toda la tarde - dijo entrando pero aún sujetando el pomo de la puerta, ansiosa.

Mi madre era una mujer delgada y con el pelo corto. No se parecía en nada a mí, ni en complexión, ni en el color de pelo, ojos y piel. Yo había salido a la imagen de mi padre. A veces me hubiera gustado parecerme un poco a ella, pues siempre tenía un porte elegante.

- Te veo un poco decaída, ¿ha pasado algo? - preguntó al contestarle con solo una sacudida de cabeza a su anterior pregunta.

Solté un largo suspiro mirando a través de la ventana de mi cuarto, para luego dirigirme a ella.

- El equipo de Sendoh ha ganado el partido, pero cuando íbamos a celebrarlo, Sendoh se ha tenido que ir a una cena con sus padres - resumí brevemente, sin mencionar a Saori. Ya le había hablado a mi madre del número siete, al que ella llamaba oficialmente ''mi amiguito'', pero no le había confesado que me gustaba, pero supuse que lo intuía con sus sentidos maternales.

Me miró apesadumbrada, sentándose a mi lado para apoyar su mano en mi hombro, en señal de consuelo.

- Qué pena, pero seguro que podéis celebrarlo otro día sin problemas. Por lo que me contaste debe ver muy poco a sus padres, así que es comprensible que haya ido con ellos - observó de forma lógica, haciéndome sentir un poco mejor.

Era cierto que podríamos celebrarlo en cualquier otro momento, ya que se podía decir que nos veíamos casi diariamente. Así que tenía sentido que hubiera asistido a la cena, cuando a sus padres no les veía tan seguido. También estaba la presión de no ofender a los compañeros de negocio de sus padres.

Sabía que había reaccionado exageradamente, guiada por mis sentimientos y un punto de celos al ver a Saori con esa actitud. No era ninguna novedad, tenía la costumbre de verme arrastrada por mis emociones antes de reflexionar fríamente sobre las situaciones.

- Tienes razón, simplemente tenía muchas ganas de pasar la tarde juntos - respondí, era la pura verdad.

Mi madre asintió complacida y añadió:

- Sendoh está invitado a comer cuando quiera, al igual que Akane - yo le ofrecí un gracias y estando satisfecha con la conversación, mi madre sonrió levemente y salió de la estancia.