ONE-ON-ONE [Akira Sendoh]

especial navidad 2020

Hola! se acerca navidad y me ha apetecido hacer una pequeño y rápido capítulo especial navideño <3 no sigue la historia principal, simplemente he querido imaginar un momento especial que podrían tener y que llevaba tiempo en mi cabeza. quizá así compense un poquito la espera del siguiente capítulo ejejej....

espero que estéis bien y que tengáis muy buena navidad :D

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KANNA POV

Las navidades en realidad me gustaban como festividad, pero siempre acaban teniendo un punto nostálgico y solitario. Lo celebraba con mi padres en casa porque no estábamos muy unidos con la demás parte de la familia, así que no era nada grandilocuente. No es que quisiera una gran fiesta o algo así, pero quizá echaba de menos la calidez de más gente, de Akane por ejemplo, que se pasaba todas las vacaciones fuera y no podíamos organizar planes juntas. Pero este año había aparecido Sendoh en mi vida e iba a estar unos días en la ciudad, antes de volver con sus padres por Navidad.

Todo empezó por un comentario mío respecto a la falta de espíritu navideño que respiraba su piso; no había decoración, ni siquiera un pequeño árbol.

- Bueno,- Sendoh se pasó la mano por su peinado puntiagudo - como solo estoy unos días aquí antes de irme a Tokyo nunca le he dado muchas vueltas, sobretodo porque decorarlo yo solo no me apetece.

- Podríamos decorarlo juntos. - lo solté sin darle muchas vueltas y luego sentí mis mejillas prenderse - si quieres, claro.

- Me parece muy buena idea - me brindó una de sus sonrisas luminosas y seguidamente levantó una ceja, torciendo sus labios en una mueca pícara - hagamos una lista de cosas que hacer. - se acercó a una mesa y cogió una libreta y un boli y me las ofreció.

- Dios, que bien me conoces, ¡las listas son lo mejor del mundo!

Yo me lancé a su cama, entusiasmada y me estiré de forma que mis pies chocaban con la cabecera. Meses atrás no me hubiera sentido cómoda haciendo eso pero ya había venido varias veces al piso de Sendoh y ahora se sentía natural. Él también se estiró, boca arriba, su rostro cerca del mío. Estaba vestido con un pantalón de chándal gris y una camiseta ancha de las que solía llevar. Me gustaba su sencillez y ciertamente le quedaba bien cualquier cosa.

- Primero debería comprar un árbol, uno pequeñito, porque no tengo mucho espacio. Lo podría poner encima de mi mesa - giró su cara hacia mi y mi pecho tronó más fuerte. Lo tenía tan cerca como para besarle y realmente quería hacerlo. Sus ojos oscuros me miraban interrogantes y me enfoqué en la libreta, pensando que me había descubierto mirando sus labios. Escribí el primer ítem de la lista, turbada.

- Podemos buscar adornos chiquititos y también alguna guirnalda para envolver alrededor - dije mientras anotaba.

- Añade unas luces, de esas que caen ¿sabes cuáles digo? - me preguntó mientras colocaba sus manos por detrás de la cabeza y ojeaba la libreta.

- Sí, qué buen gusto tienes, capitán - le guiñé el ojo y él me sonrió, pero de forma más tierna que antes, con los ojos un poco entrecerrados.

- ¿A qué capitán te refieres?

- Pues al del Ryonan - al decirlo se le ensanchó un poco más la sonrisa - porque como pescador dejas mucho que desear. - añadí y él me golpeó levemente el hombro, con falsa indignación.

-No es que tú tengas mucha paciencia para pescar, señorita - me sacó la lengua y volvió a mirarme intensamente. Siempre me desarmaba cuando hacía eso, quizá así había conseguido que me abriera con él tan fácilmente desde el principio. Nos quedamos mirando unos segundos, antes de que sin avisar Sendoh diera un bote de la cama tras hacer cara de habérsele ocurrido algo y se dirigiera a su armario.

-¡Tengo algo que te va encantar! - exclamó mientras regiraba entre los cajones - ¡Aquí están!¡Mira esto!

Mi cejo fruncido se convirtió en una expresión de sorpresa y emoción al ver a lo que se refería. Eran dos jerseys navideños rojos estampados con Santa Claus y renos.

-¡Me encantan! ¿De dónde los has sacado?

- Me los regaló mi abuela, en dos navidades de diferencia y no se dio cuenta de que eran iguales. - Sendoh soltó una carcajada y me lanzó uno de ellos y luego se puso el restante. Le quedaba bien, pero el jersey era extremadamente cómico. Me levanté encima de la cama y también me puse el jersey por encima. Como toda la ropa de Sendoh me iba grande, aunque no exageradamente.

- Hay que decorar con esto puesto..- él se llevó las manos a las caderas y se puso de perfil, haciendo ver que estaba posando - con unos cuernos de reno en la cabeza a juego, ponlo en la lista.

Yo me reí feliz, pensando que Sendoh era único y entrañable.

- Bueno, tu tienes tu peinado en punta - lo dije entrecortadamente para que no escuchara mi comentario, aunque obviamente lo hiciera.

Sendoh abrió mucho la boca, recibiendo mi ofensa. Le brillaban los ojos, divertido.

- ¿Qué le pasa a mi peinado?- se acercó varios pasos hacia la cama, donde yo estaba de pie en ella - procura gritar, que no escucho nada desde aquí, bajita - giró su cuello y se tocó la oreja, invitando a hablarle a ella.

Yo achispada por el momento le sonreí vacilona y aprovechando que estaba a su misma altura arremetí contra él revolviéndole el cabello. Él intentó zafarse de mí, agarrándome de los brazos, y al verme inmovilizada decidí abalanzarme sobre su cuello. Como instinto para no caernos al suelo, Sendoh me agarró y yo crucé mis piernas sobre su torso. Como resultado Sendoh estaba de pie, sosteniéndome entre sus brazos y yo agarrada como si fuera un koala. Afortunadamente él no podía ver mi rostro, ni yo el suyo. No quería saber qué cara estaría haciendo sobre esto. Aunque pareció que le dio igual porque sentí que girábamos y él dijo:

- ¿Contenta? Me has deshecho todo el peinado.

Tomando aire, retiré mi rostro de su cuello y vi que estábamos frente a un espejo. Era cierto, todo su peinado se había desmontado y los mechones le caían lacios hacía los lados, despeinado. Cuando le veía así parecía más niño y se veía reforzado aún más por su carita resplandeciente mientras nos mirábamos frente al espejo. Estar tan cerca de él me enviaba corrientes eléctricas por todo el cuerpo y me hacían sentir que estaba flotando. En ocasiones me parecía que actuábamos como una pareja, pero quizá para él aquello era normal y no tenía otro significado. Entonces me di cuenta de que estaba grabando con su móvil.

- Sendoh ¿estás grabando?- le miré, sin pensar que ahora realmente nuestros rostros estaban a escasos centímetros. No obstante no vacilé, aquel momento ya era íntimo de por sí y sinceramente quería lanzarme a lo que pudiera pasar. Él contestó a mi pregunta con un asentimiento de cabeza.

- ¿Por qué? - mi voz sonó ahora más delicada, como si me faltara el aire y me diera miedo lo que pudiera decir a continuación.

- Quería tener un recuerdo de estas navidades tan especiales contigo y he creído que era un buen momento para ello.

Solté un ligero suspiro intentando calmar mi corazón tras estas palabras, porque me habían conmovido. Aquello es lo que había estado buscando, que para alguien fuera especial compartir la Navidad conmigo. Se me aguaron los ojos y volví a esconderme en su cuello, volviendo al abrazo.