Alice podía sentir la luz del sol asomarse por la ventana, poco a poco abrió los ojos encontrándose con Levi apoyado su brazo en la cama y su mano en su rostro mirándola con sus ojos grises, su torso estaba desnudo dejando una gran vista para ella.
—Buenos días. —Canturreó la albina con una sonrisa.
—Hmmp. —Soltó Levi asintiendo y acariciando un mechón de su cabello.
Alice abrazo al enano como siempre solía hacer y Levi escondió su rostro en su pecho.
El azabache la abrazó por la cintura y la pegó aún más a su cuerpo.—Hoy es la expedición al muro María...
Tenían meses preparándose para dicha expedición así que no podían perder el tiempo.
Levi soltó un suspiro y la soltó. —Ponte en marcha Alice. —Ella hizo un puchero todavía quería seguir en los brazos de Levi.
Él entonces la tomó del mentón con fuerza y le dio una largo beso.
Alice sonrió más satisfecha y saltó de la cama preparada para esta expedición. A diferencia de Levi que casi dormía desnudo, ella a veces dormía con una camiseta del mismo y en ropa interior.
Se estiró e intentó peinar al menos solo un poco su cabello y finalmente se levantó soltando un bostezo, lista para prepararse.
Ambos empezaron a prepararse, básicamente Alice empezó a dejar cada vez sus cosas ahí hasta que se hizo una costumbre el dormir junto a Levi, aunque muchas veces este se durmiera en la silla.
—¿Todavía lo tienes? —Preguntó con sorpresa al ver el pañuelo con sus iniciales bordadas, si no recordaba era aquel pañuelo con el que había limpiado la sangre de su rostro en su primera expedición.
¿Cuánto tiempo había pasado de eso? Fácilmente ya tenía como cinco años conociendo a Levi.
Levi lo dobló y lo guardo en el bolsillo de su chaqueta. —Moo~ yo no tengo nada de eso... tendré que hacer uno con tus iniciales.
—Se te hará tarde si no te apresuras. —Advirtió Levi acariciando su cabello y dejando el dormitorio no sin antes dedicarle una mirada divertida.
Ambos de vez en cuando dormían juntos, era su pequeño ritual antes de un día de expedición, siendo que Levi tenia la mala costumbre de dormir en una silla, ella lo obligaba a dormir con ella en la cama.
Por supuesto que si su madre supiera de esto se volvería loca, siendo que ni siquiera estaban comprometidos, pero para ella solo importaba que ambos correspondieran sus sentimientos.
Se apresuró a tomar una ducha y prepararse para la expedición de ese día. Sin embargo cuando se observó en el espejo se percató de dos marcas rojas que tenía en su cuello.
—¡Enano...! —Pero ya había sido tarde, el enano ya había desaparecido por el pasillo.
Levi tenía esa costumbre también, solía morder su cuello dejándole pequeñas marcas, ella en respuesta hacia lo mismo, pero por culpa de su pereza no había podido vengarse de regreso.
—Moo~ Hange de seguro molestará con esto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
