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"La abuela Margareth"

Sylvia Schwarz observó detenidamente a su hija, se paseaba por la cocina con el cocinero siguiéndola y tomando notas de lo que la chica estaba cocinando

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Sylvia Schwarz observó detenidamente a su hija, se paseaba por la cocina con el cocinero siguiéndola y tomando notas de lo que la chica estaba cocinando.

–Y así es como haces que las verduras tengan mejor sabor.—Terminó la explicación con una sonrisa.

—Alice-sama tiene una forma muy peculiar de cocinar. —Bruno asintió tomando sus últimas notas,  Alice le sonrió y guiñó su ojo derecho. —El secreto es unirse al ejercito.

—No creo que sea eso...—Negó él cocinero conociendo de antemano a la albina.

—Bien, ahora que ya lo sabes viene siendo hora que me vaya. —Alice sonrió con emoción ya que tenía planeado ir a molestar a Levi después de esto.

Su madre se cruzó de brazos. —Tienes que terminar tu carta para el joven Harrison.

—Por supuesto. —Mencionó con una sonrisa tomando la pluma y escribiendo un rápido mensaje para quien ahora mi madre consideraba era un buen prospecto.—No mires, que vergüenza madre.

Por supuesto después de tantas peleas su madre seguía insistiendo en su compromiso, parecía que nunca aceptaría un no por respuesta, pero Alice es igual que terca que Sylvia, así que sería una pelea que nunca terminaría bien.

Sylvia rodó los ojos, pero asintió, al menos Alice estaba de ánimo para hacer ese tipo de cosas, si todo iba bien, el joven Harrison pediría la mano de Alice y su hija tendría una larga vida dentro de la muralla Sina.—Puedes llevarte algunos libros, así tal vez no olvidas las barbaridades de las que te ves expuesta.

Ella solo asintió y corrió a la biblioteca para tomar algunos de sus libros favoritos. —Los regresaré en mi próxima visita.

—Vuelva pronto Alice-sama.—Pidieron todos los sirvientes haciendo una leve reverencia.

Ella se despidió y subió al carruaje que la llevaría de regreso al cuartel.



• • •



Alice tarareó una canción mientras que acomodaba los libros que había traído de su hogar.

—Oi mocosa ¿No tienes espacio en tu dormitorio? —Preguntó Levi.

—No. —Mintió con una sonrisa, en realidad si lo tenía pero ahora tenía una excusa más para estar en la habitación del enano.

Levi negó mientras terminaba de firmar algunos documentos. —Pensé qué ya no hablabas con tu familia.

—Todavía lo hago, creo que esperan que en cualquier momento corra devuelta a ellos. —Alice se encogió de hombros acercándose a Levi y sentándose en su escritorio.—Hoy incluso hizo que escribiera una carta para un noble ¿Cuál era su nombre..?

Ángel  |  SNKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora