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Alice observó como Levi terminaba de firmar algunas cosas mientras que ella hojeaba uno de sus libros favoritos.
Esto ya se había vuelto una rutina entre ambos siendo que disfrutaban de la silenciosa presencia del otro, pero ella no podía concentrarse en las palabras del libro sino en las palabras de su madre.
El enamorarse no entra en los matrimonios arreglados, y ella siempre se preguntó cómo se sentiría estar enamorada, ser amada, se había llenado de libros de ese estilo pero ahora se daba cuenta que para todos eso es distinto.
Todos los hombres siempre la aburrían, no había nada que le atrajera lo suficiente para tener una conversación completa con ellos.
—Oi rata albina. —Levi estaba jalando con fuerza su mechón más largo.—¿Por que esa mirada? ¿No tienes cosas que hacer?
Alice había estado observando detenidamente al enano, comparándolo con su padre, sin ninguna pena siendo que a él no parecía molestarle.
—Ya he terminado con todos mis deberes. —Musitó con una sonrisa. —Ahora solo te estoy observando.
Alice analizó a Levi, era un enano, le sacaba como diez centímetros de diferencia y muy probablemente viene de una familia pobre al ser de la ciudad subterránea, es grosero y tiene antecedentes criminales, y no olvidemos que es un quisquilloso de la limpieza, pero también es decidido, fuerte física y mentalmente hablando, no teme a tomar decisiones difíciles y lo más importante no la trata como si fuese una muñeca de porcelana que fuese a romper, la trataba como otra persona normal.
—Si tienes tiempo para observarme ve y prepárame un té. —Dijo soltando su mechón, ella se reincorporó ya que tenía que bajar un poco su cabeza cuando Levi hacía eso.
—Huh, pero ese es el trabajo...
—Trae el té. —Le interrumpió.
Alice finalmente después de quince minutos subió nuevamente a la oficina de Levi y dejó la taza de té negro, no era la primera vez que se lo pedía y parecía que ya se le estaba haciendo costumbre pedírselo a ella.
—Leí tu informe. —Dijo después de darle un sorbo. —Tu familia es tan jodidamente rica que ni siquiera necesitas trabajar por toda una vida, dime rata albina, ¿Porqué estás en la legión?
—Por las capas. —ella entonces observó por la ventana de la oficina y regresó su mirada a Levi.
—No me creo esa mierda. —Alice sonrió al escuchar el mal vocabulario del enano, Levi tomó de su mechón y volvió a jalar de él—Contesta, no quiero equivocarme al haberte escogido para mi escuadrón.
