« 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟏 »

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☂︎ Tʜᴇ Uᴍʙʀᴇʟʟᴀ Aᴄᴀᴅᴇᴍʏ ☂︎

• Sᴛʀᴏɴɢᴇʀ Tᴏɢᴇᴛʜᴇʀ •

Narrador omnisciente.

Alessa o mejor conocida por su nombre de nacimiento; Alessa Jenkins. Sí, hermana de Harold Jenkins.

Ambos nacieron el primero de Octubre de 1989. Desgraciadamente su madre falleció ese mismo día a la hora de dar a luz. Así que su padre se haría cargo de los mellizos. Alessa y Harold se llevaban muy bien, pues solo se tenían a ellos mismos ya que su padre casi no se encontraba en casa, y cuando lo estaba trataba mal a ambos, rara vez compartían un día en familia. Harold casi siempre era el más afectado, él es el que recibía los golpes de su padre para así poder proteger a su hermana. Pero ella debes en cuando también recibía los golpes, ya que para ella era injusto que siempre fue él, el que sufría. 

Un día los hermanos Jenkins se dirigían a su casa, ya que habían ido a la tienda por golosinas. Al doblar la esquina se encontraron con dos adolescentes de 16 años, estos los miraban con una gran sonrisa macabra en el rostro. Los hermanos detuvieron su paso asustados debido a que los chicos se pusieron frente a ellos impidiendo que seguirán adelante, solo eran niños de 11 años, por lo tanto no sabia cómo enfrentar a bravucones adolescentes. 

Narra Alessa.

Tome a Harold del hombro, ya que estaba muy asustada. Él solo se puso frente a mí en modo de protección. Los adolescentes se nos acercaron cada vez más.

—Hola mocosos, ¿qué tienen en esa bolsa? —pregunta uno de ellos. 

—Nada que te interese —responde mi hermano.

Uno de los adolescentes frunció el ceño y me arrebató la bolsa de mis manos. Ahí tenía mis caramelos.

—¡Oye idiota! devuélvemelos —dije empujándolo, pero él fue más rápido y yo ya me encontraba en el suelo. Ellos solo se reían de nosotros por ser débiles y vulnerables.

—Oye no le pongas un dedo encima a mi hermana, idiota —Harold enfrentó a los adolescentes.

Ellos solo lo golpeaban, no tan fuerte pues no querían matarlo. Solo querían asustarlo, y lo estaban logrando, no solo a él, sino que a mi también. Estaba comenzando a enojarme, no sabía cómo detener a esos imbeciles que golpeaban a mi hermano, ya estaba bastante golpeado con el hecho de que nuestro padre le hacía daño, no quería verlo sufrir, así que intervine.

—¡Basta! ¡Deténganse! —pero ninguno me hizo caso.

Ya estaba harta, solo deseaba golpearlos para que sintieran lo que Harold sufre en este momento. De pronto me empece a sentir extraña, un escalofrío recorrido todo mi cuerpo provocándome escalofríos.

—¡Ya déjenlo en paz! —grite provocando que ambos adolescentes salieran volando un par de metros. Tome a Harold del brazo y nos fuimos corriendo a casa.

Al llegar nos fuimos a sentar a la sola, ya que estábamos muy agitados y cansados, habíamos corrido unas cuantas calles para poder llegar. 

—¿Estas bien? —le pregunte a mi hermano, quién se sobaba el estomago por el reciente golpe.

—Claro que sí, gracias a ti. Por cierto ¿cómo hiciste eso? —me pregunta con el ceño fruncido algo confundido y a la vez sorprendido. 

Yo no sabia qué responder, no tenia idea de cómo demonios hice tal cosa, solo quería que lo dejaran en paz, no quería que salieran volando aunque me sentí bien que les pasara eso a los muy idiotas.

𝐒𝐭𝐫𝐨𝐧𝐠𝐞𝐫 𝐓𝐨𝐠𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫 | 𝐅𝐢𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora