Capítulo 22 // La promesa

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LOGAN EVANS

¡Ahg, mierda!

¿En qué estaba pensando?

Mi corazón parecía que quería salir de mi pecho y un gran sentimiento de culpa se apodera de mí. Miré a la rubia que estaba atormentando mis noches desde que llegó y la comisura de mis labios se levantó suavemente.

Su cabello se meneaba cada vez que ella daba un paso, caminaba con esa seguridad que la define. Estaba vestida con un short azul oscuro mostrando el color rosado de sus piernas, por encima tenía una camisa de tiras negra y un suéter de cierre abierto, dejándome ver sus perfectos pechos.

Harley siempre ha sido de vestirse simple, sin querer impresionar a nadie.

Pero a mí, todo de ella me impresiona. Hasta lo más mínimo. Me impresiona lo madura que puede llegar a ser cuando está enojada, me impresiona que a pesar de haber sufrido desde mucho antes, siga con el corazón más grande del mundo y con ganas de ayudar a las personas.

No hay nadie como ella, y ahora sé que no quiero perderla.

—¿Te gusta Derek?— los nervios me traicionaron ¿Qué mierda acabo de decir?

No quieres perderla pero lo primero que haces es cagarla, bravo Logan.

Ella me miró fijamente, sus ojos azules demostraban enojo total.

—Eres increíble— dijo furiosa y me dió de nuevo el ramo comenzando a caminar más rápido, dejándome atrás.

—¡No! espera, no era lo que quería decir— solté un bufido de frustración y la tomé del brazo acercándola más a mí— Harley estoy volviéndome loco ¿Ok?— confesé y ella me dió una mirada intensa, llena de decepción y frialdad.

A pesar de tener un alma alegre, ella puede intimidar a cualquiera con su mirada.

—Creí que cuando ibas a llegar, serías la misma niña de antes y...

—Logan— interrumpió ella— ya el discurso está de más, ¿Si? Sé directo así como lo fuiste en los vestidores y dime qué es lo que realmente quieres.

La miré a los ojos y respiré profundo para luego soltar.

—Quiero que me perdones... No soy el mejor ni mucho menos el indicado pero... Joder, Harley. Me tienes aquí pidiéndote perdón, si fuese el mismo hijo de puta de antes, ni me molestado en venir aquí para decirte esto.

Pero eso no me detuvo, así que seguí hablando— Siempre creí que porque te gustaba, que iba a tener un gran poder sobre ti. Creí que iba a tenerte en la palma de mi mano, pero desde que volviste haz puesto mi mundo de cabeza, siempre te he gustado pero no has caído en ninguna de mis trampas ¿Por qué?— hice una pausa para mirarla completamente y seguí— ¿Por qué eres tan difícil de tener?

¿Ahora quién tiene en la palma de la mano a quién, mujeriego?

Ella frunció el ceño levemente, su mirada se suavizó y enseguida la bajó— Logan...

—No, ahora déjame terminar—  la interrumpí— desde que llegaste pudiste mi mundo de cabeza, pensé que todo sería igual pero no. La otra noche me abrí contigo diciéndote cosas de mi vida que no me atrevería a decirle a nadie más, y por eso pasó lo que pasó... Tenía miedo, ya me abrí una vez y salí tan jodido que volví a tener miedo y por eso me escudé en que solo te quería para un rato.

Paramos en la entrada de su casa y la enfrenté viéndola, viendo con detalle su lindo rostro, sus labios rojos, sus ojos azulados y pestañas largas, su mejillas sonrojadas por la caminata y el sol...

Desde Ese Día ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora