Capítulo 37 // Mi mujeriego

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HARLEY MORGAN

[Al día siguiente]

Estaba en mi balcón admirando las estrellas desde mi ventana.

Desde siempre he sido una gran amante de la noche, de la luna y de las estrellas. De lo bonito que se ve el cielo de noche cuando no hay luz, soy muy fan de admirar la naturaleza y sonreír al escuchar a los pájaros cantar.

Genial, ahora sueno como una chica romántica.

El sonido de mi puerta me sacó de mis pensamientos, me giré para ver quién era y me encontré con la persona que menos esperé.

—¿Se puede?— Logan se asomó por mi puerta y asentí con la cabeza un poco sorprendida.

—Claro, pasa— caminé hacia la cama para luego sentarme. Él entró y cuando lo miré, fijé mi atención en una gran caja de pizza.

—Vine para hablar... y para darte esto también— me abrió la pizza y mis ojos se abrieron un poco por la sorpresa, la pizza era de chocotale con fresas y tenía una forma de corazón. Miré al castaño y sonreí asintiendo. Di suaves palmaditas en la cama y el se acercó hasta sentarse frente a mí.

—¿La pizza es para mí?— preguntes sonriendo.

—No, es para Madison. Pero te la muestro para que sufras.

Le pegué en el brazo no tan fuerte y este soltó una carcajada.

—Cállate— me quejé riendo.

—Cállame— sonrió egocéntrico.

Rodé los ojos y él, seguido a ésto, agarró mi mano y la besó sin dejar de mirarme.

—¿Me perdonas por ser un idiota?— dijo con una voz ronca, sin mucho esfuerzo, pero para mí sonó muy sexy.

¡Genial! Yo pensando en estas cosas ahora.

Asentí levemente— ¿Y tú me perdonas a mí por ser tan dramática?— el rió y en seguida lo abracé fuertemente poniéndome en sus piernas

—No eres dramática... Bueno la verdad sí, pero está bien que hayas dicho eso— abrí la boca por sus palabras y reí sin poder creerlo.

—Eres un Idiota, Evans.

—Y tú muy hermosa, Morgan— susurró y miró mis labios.

Sonreí y ya iba a caer en la tentación de Logan, pero pensé algo y me separé para mirarlo— Oye... Te perdono si me dejas hacerte un mascarilla para el rostro.

Él abrió sus ojos y negó rápidamente— No, no y no. No lo harás— él entrecerró los ojos y reí escandalosamente.

—¡Por favor!— le supliqué haciendo un pequeño puchero.

—Dije que no y punto, no me vas a convencer a eso.

•          •          •          •

—Quédate quieto, coño. Te va a caer mascarilla en los ojos.

Parecía un niño pequeño. Estaba sentado en un banquito de mi baño y yo entre sus piernas mientras le echaba la mascarilla para el rostro con una pequeña brocha. No dejaba de moverse ni de hacer preguntas.

—¿Cuánto tiempo hay que dejarse esto?— arrugó las cejas— ¿Hay que dejar que se seque completamente? ¿Y si me hace daño? Seguramente la piel de los chicos no es igual a la de las chicas.

—Voy a meterte un golpe, Logan— reí por sus preguntas.

—Yo puedo meterte otra cosa— sonrío viéndome y enseguida me sonrojé— No sé porqué te sonrojas o te pones nerviosa. Ya lo has tenido adentro y hasta gritas cuando te lo...

Desde Ese Día ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora