Desde Ese Día ✓

Capítulo 4 // Personas orgullosas

Segundo día durmiendo en mi habitación y siento que despierto en un lugar desconocido. Aún con los ojos cerrados imaginaba la el papel tapiz de rosas color crema que cubría la pared, y que a mi lado se encontraba la ventana dando había otros edificios y la calle principal.

El primer día que llegué, lloré. Lloré a mares por ese cambio tan repentino. A pesar de estar feliz por haber hecho algo bien por y para mí, no dejaba de pensar en que quizá las cosas cambiarían si me hubiera quedado en California. Yo hubiese podido cambiar mi destino sin necesidad de huir, pero con el tiempo comprendí que eso no me convierte en una cobarde.

Hoy tenía una audición para entrar a una de las academias artísticas de California que más me ha gustado.

El día anterior estaba llena de nervios y April los vivía conmigo. No paraba de ensayar notas musicales, paso de bailes, canciones, acordes en piano y guitarra, tanto así que me dió una pequeña migraña por el estrés. Mamá me aconsejó que me calmara porque podía desmayarme, y aunque no pasó, sentí que estaba a punto de hacerlo.

Agarré mi teléfono conectando los audífonos y coloqué uno en mi oído dándole play a diferente de Lasso, uno de mis cantantes favoritos. Bajé a la sala mientras acomodaba la tira de mi bolso en mi hombro y el silencio que sentí en la casa fue relajante e incluso increíble, pero más increíble fue encontrar a Logan sentado con su teléfono en el sillón.

¿Qué demonios hace aquí?

Lo ignoré pasando por su lado y entro a la cocina para buscar a mi mamá pero no la encontraba.

Que extraño.

Entonces cuando giro, Logan se encontraba detrás de mí una sonrisa de labios genuina, haciendo que resaltara.

—¿Qué haces siguiéndome?

—¿Dónde está mi mamá?

—tuvo que salir con tu papá por un asunto que ocurrió en su trabajo y me pidieron que te lleve a la academia esa— este me miró de arriba a abajo.

—¿Por qué te lo pidieron a tí y no a alguno de mis familiares?

—¿Porque será que me toman como parte de su familia?— cuestiona obvio.

Ruedo los ojos y paso por su lado para caminar hacia la puerta, pero este toma mi brazo hasta pegar mi espalda contra su pecho y seguido a esto, lo escucho susurra:

—Estas muy rebelde conmigo, niña. Debería castigarte por eso.

Puedo jurar que sentí como mis piernas temblaban y mi sangre se volvía fría. ¿Qué estaba intentando decir con castigarme?

Cuarto, cama, nalgadas, sexo duro por toda la noche, cuerdas, esposas, juguetes...

Gracias por ser tan explícita, Harley Interna.

—Te dije que las cosas cambiarían— susurré defendiéndome.

—Y sí que cambiaron— se pegó más a mí y pude sentir como mi culo tocó su entrepierna y un leve gemido salió de mis labios. Su mano subió a mi cuello agarrandolo y plantó un beso en mi mejilla. Un beso lleno de deseo— vas a caer, hermosa— susurró pasando sus labios por mi cuello.

Giré lentamente el rostro para encontrarme sus ojos cafés quienes me miraron con intensidad. Observo sus labios y por instinto, remojé los míos en busca de que estos enrojecieran más. Logan notó tal gesto y me tomó suavemente del cuello para acercarme a él, pero antes de hacer algo más, colo mi dedo índice en sus labios deteniéndolo.

—Veo que tú caíste primero.

Agarré sus manos haciendo que me soltara y caminé hacia la puerta sintiéndome aliviada y hasta victoriosa de voltearle la jugada.