Capítulo 33 // Llaves perdidas

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Les avisaré cuando pondrán la canción ;) disfruten el capítulo!

Llegué al colegio caminando con un paraguas en mano ya que había una suave llovizna que igual empapó un poco mis zapatos. Justin no pudo traerme y perdí el autobús por levantarme tarde, genial.

Las puntas de mi cabello goteaban y cerré el paraguas cuando llegué al techo. Sacudí el agua y ví que no había nadie me los pasillos, ya todos estaban en clases.

Debo quitarme está mala costumbre de llegar tarde.

Caminé hacia la oficina de la directora pero en eso, un grupo de chicos se interpuso en mi camino.

—Morgan— me llamó uno de ellos, que ya sabía quién era, pero no quería seguir perdiendo el tiempo, así que lo rodeé y seguí caminando.

A los segundos, me toman de la muñeca y me giran.

—¿Qué no me escuchas cuando te llamo?

—¿Que mierda quieres, Gabriel?— me quejé e hice que me soltara.

—¿Mal humor, bonita? ¿Logan no te hizo llegar al orgasmo? ¿O ya te folló y te dejó botada?— sus amigos se burlaron y al segundo que dijo eso, estampé mi mano contra su mejilla haciendo que la cachetada hiciera eco en todo el pasillo.

Quisiera decir que me arrepiento de haber hecho, pero no, la verdad estoy muy satisfecha.

—O aprendes a respetar por las buenas, o aprendes por las malas, pero ten por seguro que yo no me dejó joder y menos por mierdas como tú— por último, le voy un rodillaso en sus genitales y este se quejó mientras se agarraba la parte del pantalón donde estaba su miembro.

—Las vas a pagar, maldita— se queja, pero cuando iba a seguir mi camino, alguien se interpone frente a mí y lo empuja haciendo que caiga al suelo.

Logan.

¡Maldito loco!

—¡Logan!— lo agarro por los hombros para que no hiciera nada— Logan, no le hagas caso, vámonos.

—¿Qué mierda crees que haces?— le gruñe.

Su mirada destellaba odio, no me miraba, no miraba a nadie más que a su objetivo, pero sé que si no lo detengo, lo puede moler a golpes.

Agarré su mano y lo jalé hacia mí entrando al baño de mujeres, ví a unas chicas que estaban en este y nos vieron sorprendidas.

—Es el baño de mujeres...— expresó una.

—Salgan— demando.

Otra pelinegra responde— pero...

—¡Ahora!

Sobra decir que no tengo mucha paciencia.

Las tres amigas salen una por una y cierro la puerta con seguro, volteo a verlo pero él estaba apoyado en el mesón del baño.

—Logan...

—¿Qué mierda te dijo?— noté que me estaba viendo por el espejo—  ¿Te tocó? Voy a volarle la cabeza si se atrevió a...

—No tienes que hacerlo porque yo sola me defiendo— lo interrumpí— así como hacía contigo, hago con todo aquel que quiera venir a joderme— agarré sus manos— no tienes porqué ponerte así. Puedo defenderme sola.

Él me miró y suspiró negando mientras se apoyaba en el mesón.

—No quiero que nadie te haga daño— me susurró con la mirada baja y una sonrisa se escapó de mis labios.

Desde Ese Día ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora