Capítulo 39 // Alma rota

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Al terminar este capítulo, escuchen esta canción, siento que queda perfecta. 🖤

HARLEY MORGAN

No sabía si escribirle a Logan explicándole que su primo me montó una trampa hoy...

O lanzarme por una ventana.

La segunda opción suena tentadora, pero me quedaré con la primera.

Mierda y más mierda. Tenía en mi pecho una gran sensación de culpa, y lo peor es que la culpable no era yo.

Flashback

—Hija— mi mamá me llamó mientras estacionaba el carro en la acera— Debo ir a ayudar a tu padre con unos clientes. En la cocina ya está el almuerzo listo y tómate una pastilla si te vuelve a doler el vientre.

—Claro, mamá— sonreí viéndola y le besé la mejilla— suerte.

—Nos vemos mi princesa— me bajé del auto, mientras lo cerraba y fuí por la puerta trasera, ya que mis llaves de la puerta delantera se me habían quedado. Otra vez.

Caminé mientras pensaba distraídamente en los momentos tan lindos que pasé con Logan. Sin duda él me hacía muy feliz.

Desde que llegué a California, él cambió mi vida. No pensé nunca en llegar a estos momentos con él. Me los imaginaba, más no creía que pasarían.

Unas manos grandes me agarraron por la cintura y abrí mis ojos.

—¿Logan?— cuando me volteo para encararlo, su mano me tapó los ojos y Enseguida me besó.

Me tomó unos seis segundos reaccionar, pero apenas lo hice, comencé a subir mis manos por su pecho y empujarlo.

Definitivamente esos no eran los labios de Logan.

—Mateo...— mis ojos se abrieron por sorpresa y tragué fuertemente.

—Hola, Harley— sonrió egocentricamente mientras se me acercaba.

—¿Qué mierda haces aquí? ¿¡Te volviste loco!?— le di una cachetada tan fuerte que hizo eco.

El volteó la cara y me miró con enojo. Apretó su puño pero no me importó.

—¿Qué? ¿Me golpearás por darte una cachetada?

—Quería darte una sorpresa, tonta

—Oh, claro, vaya sorpresa— reí irónica negando— ¿Crees que esa mierda yo la quiero?

—Harley, relájate, ¿Quieres?

—¿Que me relaje? ¿Sabes lo que puedo hacer en la policía al decirles la mierda que tú me hiciste?

—¿Me dirás qué no te gustó? Joder, tú lo quieres tanto como yo— me regañó acercándose a mí pero en seguida me alejé.

—¿A caso no te da vergüenza con tu propio primo? ¡Mateo, te dejé claro en la fiesta que no estaré contigo nunca, joder!— exclamé.

—¿Puedes dejar de gritar?— se quejó.

Estoy que agarro un machete y le cortó la lengua.

—¡Vete de aquí, ahora!— lo empujé brusca y éste dió un paso hacía atrás, tropezó con una piedra y cayó de espaldas contra la cerámica.

—¡Maldita perra!— este gruñó y miró a otra parte. Miré hacia dónde él veía pero no ví nada. Mateo sonrió y se levantó con cuidado mientras sacudía sus manos— Bueno, veo que eres feliz con mi primo.

Desde Ese Día ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora