𝗢𝗺𝗲𝗴𝗮 𝟮: 𝘚𝘩𝘢𝘥𝘰𝘸𝘴

Camila

La puerta de la joyería estaba cerrada, por lo que la intente abrir lentamente para que no me escucharan los cuatro ladrones que estaban aún dentro. Aunque los rehenes sí se percataron de mi presencia, ninguno de los criminales se fijó que estaba allí.

A la vista, solo había dos ladrones, uno estaba parado junto a los rehenes, y el otro estaba parado junta a un mostrador, imaginé que los dos restantes estarían en la caja fuerte, donde está todo el dinero.

Me escondí detrás de una mesa que había allí, y pensé en un plan.

Me levanté, y con la mano derecha apunté al tipo que cuidaba a los rehenes, y con la mano izquierda apunte al otro, disparé con ambas manos y los dos quedaron tirados en el suelo.

Me acerqué despacio a los rehenes y rápidamente los desaté.

—Muchas gracias, Omega, no sé cómo agradecértelo —soltó uno de ellos.

—Sí, enserio muchas gracias.

—No hay de que, es lo que hago. Ahora será mejor que salgan de aquí —les dije mientras señalaba la salida.

Después de que las personas salieran de la joyería, me acerqué a la puerta de la caja fuerte.

—Es hora —me dije a mi mismo, para después de manera increíble, patear la puerta con todas mis fuerzas— ¡Omega llegó zorras!

—Que mier...

Justo antes de que les diera tiempo a terminar de reaccionar, junté mis dos manos y les lancé un potente haz de Energía Omega, ambos tipos quedaron tirados en el suelo y con la piel algo rojiza, señal de que los quemé un poco.

Justo después de eso, salí de la joyería, tanto policías como personas normales me vieron.

—Polis, los cuatro ladrones restantes están ahí dentro, ya sabe, para que vayan y los arresten.

—Muchas gracias, Omega —agradeció el agente de policía.

—Un placer, feliz de ayudar

De repente, muchas personas que estaban observando la situación se me acercaron, rodeándome por completo.

—¡Omega! ¡Gran trabajo!

—¡Eres increíble!

—¡Una foto, por favor!

—¡Omega! ¡Soy tu fan!

—¡Te amo Omega!

Ya que el peligro había acabado, me junté con todos mis fanes.

—Tranquilos, tranquilos, hay un poco de Omega para todos —les dije a mis jocosos admiradores de ese entonces.

Empecé a tomarme fotos, firmar posters, camisas, incluso estómagos y frentes. Pero la verdad, eso era lo del día a día para mí en esa época.

—Fue un placer haberlos visto queridas personas, pero debo irme —Alcé la mano y la moví en el aire, en seña de despedida—. ¡Nos vemos!

E inmediatamente apunté mis manos hacia abajo para poder salir volando propulsado con mi energía.

Justo al salir volando, todas las personas que se encontraban ahí comenzaron a gritar y aplaudir.

—¡Vamooooos!

—¡Un grande Omega!

—¡Te queremos!

—¡hazme un hijo, por favor!

Ya desde hace varios meses, los fanes se me acercaban siempre que terminaba de pelear; en ese tiempo, lo que más disfrutaba no era atrapar a los malos, era que las personas gritaran mi nombre, me pidieran fotos y autógrafos, que se alegraran de verme, amaba que las personas me amaran. Pero no todo es para siempre.

...

—Buenos días —dije mientras entraba a la tienda.

—¡Hola Zack!

—Qué tal Camila, ¿cómo va la cosa?

—Pues bien, es un día normal —me dijo para enseguida hacer una pequeña pausa—. Por cierto, vaya milagro, al fin un día que no llegas tarde al trabajo.

—No sé qué decir la verdad, no siempre llego tarde.

—No, no, solo la mayoría de veces.

Fui rápido al almacén para guardar unas cosas, y ponerme mi uniforme del trabajo, el cual era una especie de delantal color naranja. Mientras lo hacía, pensaba en invitar a salir a Camila ese día.

Ella tenía el cabello color negro, sus ojos eran color miel, era un poco más pequeña que yo, tanto de estatura como de edad; ese día llevaba una blusa negra y un pantalón blanco, y claro, el delantal de trabajo. Cuando regresé seguí conversando con Camila.

—Oye, ¿el señor Jones ya se fue?

—Sí, como hace media hora que ya no está —explicó—. ¿Tan mal te cae?

—Sí —dije riendo—. Que sea el gerente no significa que me agrade.

Camila rio y dijo:

—Bueno, aun así, debes mostrarle respeto cuando esté aquí. El otro día casi te despide.

—A veces es inevitable decir las cosas como son.

—Aun así, no creo que quieras perder tu trabajo, ¿o me equivoco? —me preguntó.

—La verdad no, en Ciudad Kryesor no es nada fácil encontrar trabajo.

—Por eso digo, como Jones te escuche decir lo de la otra vez, te echa a patadas de aquí.

Después de eso cada uno se puso a hacer los quehaceres en la tienda. Mientras yo ordenaba unos estantes, ella estaba parada en el mostrador para atender a los clientes que llegaran, pero se moría del aburrimiento.

Con un tono de voz pesado, soltó un profundo quejido, y enseguida dijo:

—Eeeestooooy aaaaabuuuuurriiiiidaaaaa.

—¿Por qué no prendes la televisión?

En la tienda había una pequeña TV colgada en la pared, más que nada para que los clientes le vieran. Pero cuando no había ningún comprador, los empleados podíamos usarla con libertad.

Ella soltó otro extenso quejido.

—Nunca hay nada bueno para ver.

—No es para que te diviertas, es para que dejes de quejarte.

Tras analizarlo, aceptó.

—Bueno, pásame el control remoto.

—Va —le alcancé el control de la televisión y se lo di.

Camila encendió el televisor y empezó a pasar los canales, paso un buen rato cambiando, pero de golpe dejo un canal puesto.

—Mira Zack, a ti que tanto te gustan los alterados.

—A ver —deje un momento lo que estaba haciendo y presté atención a la TV. Se veía que estaba puesto el noticiero, y estaban hablando sobre Omega.

—En otras noticias, anoche el superhéroe Omega detuvo a siete ladrones que estaban robando una joyería. El superhéroe logró abatir a todos los atracadores sin ayuda de nadie. Este héroe lleva protegiendo a Ciudad Kryesor por año y medio, pero a pesar de esto algunas personas aún se preguntan: ¿es realmente bueno? Los ciudadanos se cuestionan esto ya que hace unos siete meses, en nuestra ciudad vecina, Ratsy, el supuesto «héroe» de allí asesino al alcalde sin motivo aparente, y hoy en día, Diamond Peak no ha vuelto a dar la cara, pero, aun así, muchas personas ponen su fe en Omega y esperan que éste nos siga protegiendo por bastante tiempo. Pasando a otras noticias...