Eran las ocho de la mañana, me había despertado pronto, sobre todo teniendo en cuenta que desde hace varias semanas no me levanto tan temprano.
Pero por alguna razón no podía seguir durmiendo, había algo que me mantenía despierto. Luego de estar un buen rato acostado en mi cama intentando dormir, me levanté, me puse de pie y me dirigí hacia el escritorio que estaba en mi cuarto.
Ya ahí, empecé a buscar algo. Quería encontrar las llaves del laboratorio de mi papá, mi mamá me las había dado en el funeral, hace dos meses, pero no recordaba donde las había guardado. Estuve un rato buscando, hasta que las encontré, por alguna razón la cual no recuerdo, estaban entre mi ropa interior.
Me sentí aliviado al encontrarlas, ya que pensé que las había perdido. Quería ir al laboratorio de mi papá para ver que había, y entonces se me ocurrió la idea de llamar a Camila para que me acompañara.
—Hola —respondió la llamada Camila.
—Hola, Camila.
—Nunca te levantas tan temprano, ¿Sucede algo?
—Me preguntaba ¿Si tenías algo que hacer hoy?
—No, ¿Por qué? ¿Quieres que vaya a tu casa?
—Realmente quería que nos juntáramos en un lugar.
—Dime dónde y voy.
—Te mando la dirección por WhatsApp.
—Está bien, enseguida voy. Solo me arreglo y salgo de mi casa.
—Okay, gracias. Nos vemos allá.
—Nos vemos.
Entonces colgué la llamada y le mandé la dirección a Camila, quería que nos viéramos en la sede de Laboratorios A.M.T de esta ciudad.
Luego de mandarle la dirección, me cambié de ropa, solo me puse un pantalón azul y los mismos zapatos de ayer, me quedé con la misma camisa con la que dormí, la cual era color verde, no me la cambie porque no sentí que estuviera sucia.
Luego de eso, tomé mi celular, mi billetera, las llaves de mi casa y las llaves del laboratorio; Salí para dirigirme hacía el lugar donde quedé con Camila.
Partí de mi casa y me fui caminando hasta allá, tarde unos quince minutos en llegar, cuando ya estaba bastante cerca, vi a Camila parada en una banca esperándome, llevaba una blusa blanca y unos jeans azules, entonces me acerqué y la saludé con un beso apasionado.
—Hola.
—Qué tal —saludó ella.
—¿Llevas esperando mucho tiempo? —inquirí.
—No, llegué hace unos minutos.
—Bien, vamos dentro.
Camila se levantó y caminamos juntos hasta los laboratorios A.M.T.
—¿A dónde vamos? —me preguntó.
—Mi mamá me pidió favor de recoger las cosas del laboratorio de mi papá. Ya fue hace bastante tiempo, pero hasta hoy me sentí con ganas de hacerlo.
—Y, ¿de casualidad algo de lo que hablamos ayer afectó en esas ganas de hacerlo?
—Tal vez, tal vez no. Vamos, estamos cerca.
Caminamos un poco más y llegamos a la entrada de los laboratorios. Había un gran portón de metal, de color negro, y en el centro una puerta, ambos nos paramos en frente, Camila se hizo a un lado y yo di unos golpes a la entrada para que me dejaran pasar.
*Toc toc toc toc*
Alguien con un uniforme totalmente negro abrió la puerta.
—¿Zack?
—¿Qué tal Scott? ¿Como estás? —le pregunté al sujeto.
—Bien, hace tiempo que no te veo. Oye, escuché sobre lo de tu padre, lo lamento.
—Tranquilo, fue hace dos meses ya.
—Aun así, debe de ser algo duro —hizo una pequeña pausa y prosiguió—. Y dime ¿Puedo ayudarte en algo?
—Sí, venía a traer las cosas de mi padre, para desocupar su laboratorio.
—De acuerdo, pasa.
Scott se hizo a un lado y me dejó pasar a Camila y a mí. Al entrar pasamos por una especie de estacionamiento lleno de camiones, seguimos hacia adelante y entramos por otra puerta, la cual nos llevó hacia un lobby.
Ahí había un mostrador con una secretaria, yo ya sabía dónde estaba el laboratorio de mi papá, ya que lo había acompañado decenas de veces, entonces solo pase de largo a la secretaria, pero ella me reconoció y saludó:
—¿Qué tal Zack? ¿Cómo estás?
—Hola, Lily.
—Oye, escuché lo de tu padre, lo siento mucho.
—No te preocupes.
—Cuéntame ¿Qué se te ofrece?
—Venía a traer las cosas de mi papá.
—Ah, está bien, adelante.
Seguí de largo en un pasillo que llevaba a los laboratorios, mientras Camila y yo caminamos iniciamos una pequeña conversación.
—Oye, ¿por qué todos aquí te conocen? —inquirió.
—Antes de ser Omega, de vez en cuando acompañaba a mi papá al trabajo. Muchas de estas personas me conocen desde que era un pequeño.
Entonces llegamos a una puerta de madera la cual tenía escrito en una placa, el nombre: Andy Damon. Saqué las llaves de mi bolsillo y la abrí. Ambos entramos y pudimos ver muchas cosas; un escritorio justo en el centro del lugar, con una computadora y atrás del escritorio una silla; en uno de los lados había una gran estantería, llena de libros, folletos y folders; del lado contrario había una larga mesa con tubos de ensayo, un microscopio, entre otras cosas.
Pero lo que más llamó mi atención en ese momento, fue una puerta al fondo del lugar, mi papá jamás me había dicho que es lo que había dentro.
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𝗢𝗺𝗲𝗴𝗮 𝟮: 𝘚𝘩𝘢𝘥𝘰𝘸𝘴
ActionHa pasado más de 1 año desde que Zack Damon obtuvo sus poderes y se convirtió en un superhéroe, desde entonces, Ciudad Kryesor ha estado relativamente tranquila, pero despertará un enemigo frente al cual Omega tendrá que unir fuerzas con otros héroe...