Responsabilidad

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Terminé de comer mi cereal, fui a mi cuarto para tomar una toalla del closet y me dirigí al baño para tomar una ducha

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Terminé de comer mi cereal, fui a mi cuarto para tomar una toalla del closet y me dirigí al baño para tomar una ducha.

Ya en el baño, me desvestí y me puse debajo de la regadera, la prendí y empezó a caer agua tibia, yendo un poco a caliente. No tenía mucha prisa, así que me tomé mi tiempo para bañarme.

Tarde unos treinta minutos, cuando terminé, me sequé con la toalla, la puse alrededor de mi cintura y me dirigí hacia mi cuarto para vestirme.

Fui directo a mi closet y saqué ropa para ponerme, algo simple; un pantalón de lona color negro, una playera blanca, ropa interior y por último unos tenis color blanco. Me vestí y me fui a sentar de nuevo al sillón de mi sala, tomé mi teléfono y empecé a revisar Instagram para esperar mientras venía Camila.

Estuve unos quince minutos viendo mi celular, entonces recibí una llamada

—Hola.

—Hola, ya estoy aquí afuera, para que me abras la puerta.

—Vale, ahora voy, y cuando entres tal vez te abra otra cosa —dije, mientras ponía una vos sensual de nuevo.

—Aquí te espero —dijo una voz depravada.

Camila colgó la llamada, entonces guardé el celular, me puse de pie y fui a abrirle la puerta a Camila.

—Hola —saludé yo.

—Hola, Zack.

Iba vestida con una blusa roja, una falda de color negro, zapatos negros y llevaba el pelo suelto.

Nada más abrir, ambos dijimos hola, luego ella entró, y nos saludamos con un beso en la boca; un pequeño pico, nada tardado.

—¿Qué tal, cómo estás? —me preguntó.

—Bien, bien. Vamos, siéntate.

Entonces ella fue a sentarse en uno de los sillones mientras yo cerraba la puerta.

—Oye, ¿Tienes hambre ya? —pregunté—, pensaba pedir algo a domicilio.

—No, aún no, quizá en un rato.

—Qué bueno, porque desayuné apenas hace una hora y no tengo nada de hambre.

Camila solo soltó una pequeña carcajada. En eso me senté junto a ella y empezamos a hablar.

—Y cuéntame ¿Qué ha hecho mi novio el superhéroe?

—Esta semana nada muy interesante, apenas si salí a la tienda ayer.

—Y ¿No has pensado en lo que te dije la otra vez?

—¿Qué cosa? —inquirí.

—Ya sabes, volver a la acción como Omega.

—Ah, sí. Aún lo estoy pensando.

—La gente te necesita, Zack.

—Nah, no es cierto; tienen a «Anti-Omega», las personas están bien.

Hubo unos instantes de silenció hasta que ella mencionó:

—Zack, hace un par de días llegó alguien a mi casa —dijo preocupada.

—¿Qué? ¿Qué paso? —quise saber preocupado.

—Pues, estaba yo tranquila viendo la tele, cuando de repente tocaron la puerta, me acerqué y pregunté quién era, nadie respondió, estaba algo confundida ya que no esperaba a nadie ese día. Abrí la puerta y había un chico como de tu altura, rubio y tenía los ojos color negro. Me dijo que se llamaba Jeremy.

—No puede ser —reflexioné molesto.

—Le pregunté que quería, me dijo que es un amigo tuyo y que necesitaba hablar urgentemente conmigo. Por un momento me asusté, pensé que te había pasado algo malo.

Al escuchar eso solo suspiré y le pregunté:

—¿Qué es lo que quería?

—Escucha, sé que la muerte de tu papá te afectó mucho, y aunque lo niegues, aún te afecta. Y entiendo porque ya no quieres ser Omega, pero es tu responsabilidad serlo, es tu deber. Jeremy hace lo posible para ayudar, pero no es suficiente, te necesita. Me dijo que ha intentado convencerte durante dos semanas, pero siempre te niegas, por eso acudió a mí.

Me quedé callado por unos segundos.

—Solo necesito tiempo.

—Zack, ya pasaron dos meses ¿Cuánto tiempo más necesitas?

Me puse de pie, agaché la cabeza para mirar hacia abajo y solo dije:

—Yo... No sé —dije.

—Mira, llevamos un mes juntos, y en serio te agradezco que me hallas dicho que eres Omega. No quiero que pienses que te estoy obligando ni nada de eso, solo quiero que veas el otro lado de la moneda -hizo una pausa y continuó-. Ya no insistiré más en esto, solo quiero que pienses en una cosa.

—¿Qué cosa?

—¿Tu papá hubiera querido esto? ¿qué te rindieras? ¿qué dejaras todo solo por qué «perdiste»?

—Yo...

—No respondas —me interrumpió—, solo piénsalo.

Luego de eso, ambos nos pusimos de acuerdo para pedir la comida, aunque tardamos un poco en decidir que pedir, al final optamos por algo simple, McDonald's. Tuvimos que esperar un rato para que llegara la comida, después de una media hora, al fin vino el pedido.

Mientras comíamos, estábamos teniendo una conversación normal, hablábamos de cualquier cosa que se nos pasara por la mente, luego de eso, terminamos de comer, y decidimos mejor dejarlo ahí y vernos otro día, ella tomó sus cosas y se fue, no sin antes despedirse de beso conmigo. Cuando ya se había ido, me toco limpiar un poco antes de que mi mamá llegara.

Cuando acabé, me recosté en mi sillón, y mientras veía el blanco techo de mi casa pensé:

—«Camila tiene razón, mi papá no hubiera querido esto. Pero realmente no quiero volver a ser Omega, ¿Qué haré?»

𝗢𝗺𝗲𝗴𝗮 𝟮: 𝘚𝘩𝘢𝘥𝘰𝘸𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora