Capítulo 1

4.2K 217 40
                                    

«Rosé fue mi primer amor».

—¿Jennie?

«No pude evitarlo... al verla ahí parada junto a su guitarra y su sonrisa amable, me vi simplemente cautivada».

—¿Estás bien?

La risa incontrolable de Jisoo, el leve sonrojo de Lisa y su sonrisa pícara; la inevitable cara de vergüenza de Chaeyoung.

Aún no podía sacarme de la cabeza todas las reacciones.

Mi estómago se sentía apretado y tenía unas inevitables ganas de llorar.

Aquello había sido solo hace una noche atrás, mientras nos encontrábamos cenando después de una grabación. Las copas lograron hacer que nuestro estado de ánimo fluyera desvergonzadamente, sobre todo el de las chicas.

Aquella conversación había removido mi interior de una manera que creí haber superado.

Otra vez el maldito nudo en la garganta.

—Me estás preocupando. —Una mano sobre la mía me hizo espabilar. Irene denotaba un gesto  preocupado hacía mí desden el otro lado de la mesa.

Se suponía que este desayuno sería una especie de reencuentro después de no habernos visto por algunos meses.

—Unnie, estoy bien. ­

Le di una sonrisa forzada. Irene claramente lo notó, sin embargo, como la persona discreta que era no dijo nada, solo levantó una ceja y prosiguió a seguir con su comida.

—¿Cómo están tus compañeras? ¿Están bien? —preguntó despreocupadamente, mientras alternaba su mirada entre su plato y mi persona.

—¿Desde cuándo te interesa?

Me tocaba alzar una ceja a mí ahora. Ella sonrío divertida y se encogió de hombros. Irene era discreta, no se entrometía en mis asuntos, pero a veces tenía sus maneras de sacarme información sutilmente. 

—Unnie... —Afilé un poco la mirada — ¿Estás interesada en alguna de mis compañeras?

Irene se había atorado levemente con el sorbo de té que había intentado tragar. Recibí un merecido golpe en el antebrazo por haberme burlado de ella.


Llegar a mi departamento no había sido del todo tranquilizador. Las conversaciones del día anterior se escuchaban más fuertes en mi cabeza estando sola en ese lugar tan amplio.

Había aceptado mis sentimientos hace mucho, y también había aceptado tener que esconderlos para siempre.

Me tocaba ser egoísta por el bien de todas. Nuestro grupo no necesitaba un escándalo; mi vida no necesitaba un escándalo y no quería perder a Lalisa.


La semana de descanso había terminado. Era de esperar que un cúmulo de reuniones y grabaciones vinieran, ya que estábamos próximas a estrenar una nueva canción. Afortunadamente tenía a Jisoo conmigo, sacándome una sonrisa con sus ocurrencias y haciendo mi día un poco menos estresante.

Por ser las mayores de nuestro grupo siempre nos manteníamos al tanto de todo, de forma adelantada, para revisar detalles y poder dirigir a las menores en los aspectos de la producción. Gracias a esto no había tenido que ver a Lalisa y Chaeyoung por algunos días, ya que ellas estaban involucradas en la producción del baile y en algunos ensayos extras con nuestras bailarinas.

Aquello había sido un alivio, todavía sentía esa sensación extraña al pensar en las «conversaciones de borrachas» que habían tenido frente a mí esa noche;  tan acarameladas, con esos susurros al oído y esas miradas cómplices.

Déjame sostenerte entre mis brazos [Chaennie/Jenlisa] (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora