Capítulo 17

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A pesar de que aún no había tenido que grabar demasiadas escenas del drama, todos los preparativos eran agotadores: la escenografía, las locaciones, los extras, el vestuario, el maquillaje

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A pesar de que aún no había tenido que grabar demasiadas escenas del drama, todos los preparativos eran agotadores: la escenografía, las locaciones, los extras, el vestuario, el maquillaje... ¡Mi cerebro tenía que procesar tantas cosas!

—Estás haciendo más caras raras de lo común... ¿estás bien, Chu?

Lisa y su cara de cansancio, con esa mueca de desagrado... ¿cómo era capaz de cuestionar mis expresiones?

—¡Ve a lavarte el rostro! ¡Tan solo verte me da más sueño!

Vi como rodaba los ojos y se iba hacia el cuarto de baño.

—¡Haré la cena! —Escuché su grito desde el pasillo.

—¡Intenta que no nos intoxiquemos!

Bien, tenía a Lisa intentando preparar ramen sin quemarse alguna parte del cuerpo y de paso quemar mi cocina.

Creo que era más sensato que pidiera comida a domicilio.

Estaba viendo cuál de todos los menús pedir, en una aplicación de mi teléfono, cuando escuché unas risas y el sonido de la cerradura digital. Asomé mi cabeza por el pasillo. Jennie y Chaeyoung venían riendo con algunas bolsas en las manos.

Jennie, Chaeyoung y Lisa juntas en el departamento después de tanto tiempo.

Empecé a sentir un pequeño dolor punzante en una de mis sienes.

Contaba ya casi tres semanas desde que las había visto besarse en la sala de prácticas.

Todo el asunto con esas dos me tenía estresada.

Sabía que como no era un algo que realmente tuviese que ver conmigo, no tenía que entrometerme, ni opinar. Aunque pensándolo bien, el hecho de que ambas parecían tener «una relación», podía de alguna forma afectar al grupo.

Como la mayor de todas, debía evitar que terceras personas nos perjudicaran, pero se me hacía difícil poder abordar el tema con alguna de ellas y pedirles que tuvieran cuidado con lo que sea que tuviesen.

Y estaba Lisa... ¿Qué haría con ella?

Pensándolo bien ese era el problema principal.

No necesitábamos más corazones rotos en el grupo.

Lisa estaba enamorada de Jennie. Yo lo sabía y no, no me lo había dicho, pero había que ser solo un poco observador para notar como la menor de nosotras caía una y otra vez por mi mejor amiga.

—Unnie, ¿por qué esa carita?

Como era ya su costumbre, interceptándome en el pasillo, Chaeyoung tomaba mi rostro en sus manos y apretaba un poco mis mejillas.

—Me duele la cabeza —dije evitando mirar esa pequeña marca que tenía en su blanquecino cuello y que por mi estatura quedaba inevitablemente frente a mis ojos.

—Te traeré un medicamento.

En la sala, Jennie y Lisa se encontraban sentadas cómodamente en el sofá. Casi una encima de la otra.

«¿¡Se supone que sales con Chaeyoung, por qué parece que sales con Lisa también, Jennie?!».

—Hola Jennie.

Mi saludo las sorprendió un poco, rompiendo esa burbuja arcoíris en la que se encontraban. Típico de ellas. Jennie alzó una mano y me dio una sonrisa como saludo.

—¿Y la comida? —pregunté. Lisa desvió su mirada.

—Ah... eh... no continué haciéndola.

Lisa se pasó un labio por encima del otro, como siempre lo hacía cuando estaba desconcertada o nerviosa.

«¡Ves a Jennie y se te olvida todo, maldita sea!».

—Ten. —Le lancé mi teléfono. Ella lo atrapó hábilmente. Estaba acostumbrada a tirarle cosas—. Pidan lo que quieran, pero rápido que tengo hambre.

—Que mal genio... — escuché que murmuró la maknae.

Chaeyoung me esperaba en mi habitación, escuché que reía y murmuraba algo que no llegué a escuchar. Estaba hablando por teléfono. Me quedé afuera.

Estaba mal escuchar detrás de la puerta, pero mi curiosidad con todo el asunto alrededor de mis compañeras podía mucho más que mis modales.

—No sé si podría ir, quizá le puedo preguntar a Sooyoung.

«¿Sooyoung... Joy de Red Velvet? ¿En qué te estás metiendo ahora Chaeyoung?».

—Lo intentaré no prometo nada... —Unas risitas y un «adiós» hicieron que fuera el momento para que entrara a mi habitación—. ¡Unnie, tu pastilla! —Extendió el medicamento con un vaso de agua.

—Gracias Rosie —dije antes de tomarla y recostarme un momento.

—¿Cómo vas con las grabaciones? —Sentí el peso de Chaeyoung a mi lado.

Una de sus manos pasó por mi cabello. Sus uñas peinaron algunos de mis mechones, produciéndome algunas cosquillas.

Oculté mi rostro en la almohada algo avergonzada. Podrían pasar años, pero siempre me iba a sentir algo cohibida con sus muestras de afecto.

—Todo bien, excepto cuando mandan a Lisa con la intención de que haga promoción descarada, por lo que sea.

Era tan poco profesional de nuestra compañía. Así se terminaban creando rumores estúpidos.

—Cuando empiecen a rodar el drama seriamente lo dejarán de hacer, ya verás. —Sentí uno de sus dedos picar una de mis mejillas—. Procura alimentarte bien, unnie.

Sentí como se recostaba y me empujaba un poco para que me hiciera a un lado. Quedé con mi vista dando al techo y ella a mi lado en la misma posición.

—Si estás muy estresada, podemos quedarnos algunos de estos días en el estudio, hasta la madrugada como solíamos hacer antes, ¿recuerdas?

Claro que lo recordaba. Nos quedábamos cantando e improvisando, creando letras y composiciones que esperábamos un día pudieran ser plasmadas en una canción.

—Podríamos aprovechar y te enseño a tocar mejor la guitarra.

Me volteé a verla. Seguía mirando al techo y hablaba con emoción como siempre lo hacía que hablaba de música. Sonreí viendo como sus ojos brillaban entusiasmados. Me fijé de nuevo en ese moretón que tenía en el cuello.

«De seguro no vas a tener tiempo para mí y no haremos nada de eso».

—Ya veremos... —Me incorporé un poco sintiendo un desazón en el pecho —¿Vamos a ver si ya llegó la cena?

Chaeyoung tomó mi mano mientras nos dirigíamos a la sala, donde Jennie y Lisa preparaban la mesa.

—¡Traeré lo que falta! —Vi como Lisa se iba hacia la cocina. –¡Ya siéntense, Chaesoo! – gritó con un tono de burla que me molestó bastante.

Se lo debía. Yo siempre la estaba molestando con el Jenlisa, sin embargo, en la situación en la que nos encontrábamos no me parecía prudente, pero Lisa no lo sabía.

Chaeyoung soltó una risita y me atrajo hacia ella pasando una mano por mis hombros. La mirada de Jennie y sus ojos afilados me hicieron sentir incómoda.

Jennie nunca me había mirado así y el silencio que mantuvo durante toda la cena hizo que me sintiera confundida.

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Déjame sostenerte entre mis brazos [Chaennie/Jenlisa] (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora