Déjame sostenerte entre mis brazos [Chaennie/Jenlisa] (Libro I)

Capítulo 27

Disclaimer y algunos comentarios previos:

🚫 Capítulo con contenido +18

🧐 Según las estadísticas de este fanfic, hay un porcentaje de mi público que es puberto, así que:

🚫Me siento responsable e incómoda, por los menores de edad que leen esto. Como no tengo idea quiénes son  (gracias por tu ineficiencia Wattpad), solo diré: que esto es fantasía. Solo es una pequeña representación ficticia  de una realidad.

Sean responsables con lo que leen.

🚫 Para futuras lecturas me tomaré la libertad de silenciar usuarios si sé que son menores.

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Capítulo dedicado a  JLrubyjane, por leerse esto a pesar de que estoy destruyendo su ship y por su amabilidad

Dedicado tambien a cualquier Jenlisera que se haya dado el tiempo de leer hasta aquí.

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Los labios de Jennie eran justo como los había imaginado. Extremadamente suaves y dignos de ser besados durante horas.

Había tenido el impulso de juntar mi boca a la suya tantas veces... y ahora ese impulso había ganado la batalla a mi raciocinio, justo en el momento en que Jennie abrió la puerta de su departamento.

Sus labios semi abiertos por la sorpresa al verme, después de tanto tiempo, no pudieron evitar ser atrapados por los míos en un gesto ansioso.

Nunca me había permitido a mí misma dejarme llevar por lo que sentía, por lo menos no de la manera en que lo había hecho en el último tiempo.

Con esto me refería principalmente a: el haber arruinado mi relación con Chaeyoung y que ahora me encontraba besando a Jennie desesperadamente.

Impulsos. Solo impulsos que seguro me costarían caro.

Jennie tiró de mi cuello para hacer que el beso fuese más profundo. Me tocaba a mí quedar un momento sorprendida, cuando sentí como sus brazos rodeaban por completo aquella parte de mi cuerpo.

Tomábamos aire cada vez que nos separábamos un poco, aunque era casi imposible que nuestros labios se separaran.

La ansiedad era palpable en el ambiente.

Habían sido años queriendo besarla. Podía asegurar que había sido lo mismo para ella.

Solté un quejido cuando mi espalda chocó bruscamente contra la pared de la entrada. La impaciencia de Jennie por pegar su cuerpo al mío había hecho desaparecer todo el dolor al sentir como sus pechos, cubiertos por solo un top de tela ligera, se pegaron a mi torso.

Jennie abandonó su posición inicial y pude sentir ahora sus manos sobre mi espalda. Yo igual llevaba un top pegado al cuerpo por lo que ocasionalmente sus manos daban contra esas partes desnudas haciéndome tener escalofríos placenteros. Su tacto era suave.

Nuestras lenguas se enredaron y el chasquido de nuestros labios, encontrándose repetidamente, hacían que sintiera un calor acumularse entre mis piernas.

Afortunadamente el deseo que sentíamos ambas en ese momento estaba a un nivel similar.

Su mano bajaba peligrosamente por mis caderas. Se detenía ocasionalmente en mi pierna izquierda, acariciándola mientras sus besos seguían siendo continuos.