Capítulo 15

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—Espera...

Puse mis manos en los hombros de Chaeyoung, alejando su boca de la mía. No me miraba, su vista estaba fija en algún punto de la sala de prácticas, mientras se pasaba el pulgar por su labio inferior.

Le había dejado una pequeña herida en el labio. Se pasó la lengua un par de veces por encima y este había dejado de sangrar. La había mordido sin querer.

Vi cómo me daba una sonrisa. ¿Por qué siempre parecía tan tranquila? Cerré los ojos un momento y me llevé las manos a las sienes.

—Jennie... —murmuró —, no te sientas mal.

—No debería estar besándote. No deberíamos estar aquí mientras las demás están grabando aún —hablé apresuradamente mientras tomaba asiento en el piso, ignorando sus palabras.

Ella se sentó a mi lado. Me dio una mirada en la que no supe ver algún sentimiento en específico. Nos quedamos un largo momento en silencio.

Chaeyoung abrazaba sus rodillas, mientras yo la miraba a través del gran espejo del salón de prácticas, quedándome igual de quieta que ella.

Tendríamos que haber aclarado esta situación hace una hora atrás, pero habíamos terminado besándonos de nuevo. Se sentía tan bien sentir sus labios y como la rugosidad de su lengua hacía contacto con la mía.

Los besos de Chaeyoung se estaban apoderando de mi sentido común.

—¿A cuántas personas has besado en tu vida?

Su pregunta había interrumpido las imágenes mentales que estaba teniendo acerca de ambas.

—No voy a responder a eso.

—¿Tres? ¿O quizá dos? —Me miró recargando su mejilla en su mano derecha—. ¿O quizá soy la primera?

—¡Roseanne! —Ella rio. Tomé aire, no iba hacerme perder la paciencia.

—¿Nunca has besado a Lalisa?

—No la metas en tus estúpidas bromas.

Nos sostuvimos la mirada un momento. Ella seguía impasible. A mí se me notaba el enojo. Mis puños apretados me delataban.

—Te gusta mucho Lisa, lo entiendo. —Su mirada volvió a mirar el piso, se calló unos momentos sin cambiar su expresión.

Ella y esa quietud... hacían que me sintiera fuera de lugar. Me hacía pensar que yo era la única que estaba sintiéndose mal por todo lo que estaba pasando entre nosotras.

—Pero yo también te gusto, quizá un poco menos.

¿Se estaba escuchando?

—Chaeyoung..., no quiero seguir haciendo esto contigo. —Vi cómo se acomodaba para quedar sentada enfrente de mí—. ¿Lo entiendes Rosie? —pregunté tomando su mano.

—Claro, ¿crees que te obligaría? —La molestia en su voz era evidente. Negué rápidamente –. Bien..., entonces dime, ¿no quieres por qué? —Sentí como tomó ahora mi mano entre las suyas.

—¿No es obvio?

—No, no lo es. Hay muchas posibilidades..., ¿por qué evades todo el tiempo?

¿Por qué lo hacía? Me lo había preguntado más de un par de veces. Sobre todo cuando miraba a Lalisa.

¿Hasta qué punto podía seguir viviendo de esta forma?

—¿Quieres que te responda la primera o la segunda pregunta? —No me gustaba estar a la defensiva, pero ya era una reacción aprendida en mí —. No me gusta que me presionen. — Hice el ademán de levantarme, pero ella tiró de mi mano suavemente. Volví a quedar en mi lugar.

Déjame sostenerte entre mis brazos [Chaennie/Jenlisa] (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora