Capítulo 9

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Mis gatos me miraban ir y venir por todo el departamento. En mis manos tenía uno que otro juguete, las bolsas de comida y sus útiles de aseo, ya que en unos minutos el encargado del hotel de mascotas los vendría a buscar.

Tenía que dejar todo preparado, ya que durante la semana tendríamos que seguir trabajando en algunas canciones de nuestro álbum, y lo más probable es que haría de alguno de los sillones del estudio una cama temporal. Mi pobre espalda sería la que más sufriría.

El timbre sonó de pronto y me dispuse a abrir rápidamente, pensando que era el encargado del hotel, sin embargo, al abrir la puerta me encontré con la carita sonriente de Chaeyoung, quien entró sin más a mi departamento.

—¿Pasó algo? —pregunté más que nada por el motivo de su visita.

—Solo estoy de paso —dijo sonriendo mientras acariciaba a Louis, quien era su consentido—. Les traje esto. —Me mostró una bolsita con bocadillos para gato, los cuales mis chicos adoraban.

—¡Gracias Chaeyoung! —dije dándole un pequeño abrazo que ella respondió afectuosamente.

—¿Vas a algún lado? —Señaló los bolsos que se encontraban regados por el piso.

—Los vendrán a buscar para irse de vacaciones, ya sabes —dije simplemente —y yo tengo que ir a la casa de Jennie unnie, quedamos para la tarde.

Chaeyoung se quedó en silenció por un momento..., un momento bastante incómodo que de alguna forma me puso nerviosa. Ella ya no estaba sonriendo, más bien se veía bastante seria y no me miraba, sino que le prestaba atención a Louis.

—Sabes que nunca fue necesaria toda esa distancia que guardaste de ella, durante todos estos años, Lalisa —dijo después de un largo y eterno minuto.

Aquello me había dejado un poco sorprendida. ¿Por qué sentía que Chaeyoung me estaba haciendo sentir culpable por eso?

—No es algo que yo haya decidido, Roseanne. —Mi voz salió bastante seria y grave cuando mencioné el nombre con la que la conocí.

—Jennie unnie es una persona sensible. —Me dio una mirada afilada—. Solo no vayas a alejarte de ella cuando escuches algún estúpido rumor.

La forma en que lo había dicho me había dolido. ¿Qué pasaba con ella?

—No lo haré Park, ya no tengo... ¿14 años? —vi como ella desviaba la mirada — Y no me comunico con señas y palabras sueltas, ya se hablar coreano y defenderme bastante bien.

—No es para que te pongas así...

—¡¿Y cómo quieres que me ponga si dices tantas estupideces?! — le grité sorprendiéndola y sorprendiéndome a mí también.

«Cálmate Lalisa, respira».

—Eres una dramática. —Rodó los ojos pasando a un lado mío, dispuesta a irse. Le cerré el paso.

—¿Me lo vas a decir, o no? —pregunté y ella se detuvo en seco no llegando a tomar el pomo de la puerta.

Ella me miró de brazos cruzados. Estaba a la defensiva y sabía perfectamente de qué le hablaba.

—¿Quieres que te responda «lo que todo el mundo ya sabe»? —dijo haciendo unas largas y grandes comillas con sus dedos.

A pesar de que nos estábamos comunicando con indirectas, todo estaba bastante claro.

—¿Por qué no me dijiste que te gustaban las chicas?

—¿Por qué no me lo dijiste tú? —contratacó.

Déjame sostenerte entre mis brazos [Chaennie/Jenlisa] (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora