Déjame sostenerte entre mis brazos [Chaennie/Jenlisa] (Libro I)

Capítulo 14

Dejé la fotografía sobre la mesa. Chaeyoung me miraba con una sonrisa burlona.

—La volví a ver —dijo refiriéndose a Suzy sunbaenim —. No pasará más, lo juro —dijo juntando sus manos frente a su rostro, en modo de disculpa.

—No le veo la gracia, nos comprometes a todas.

Sostuve mi mirada contra la suya. Ella cambió su postura, creo la había intimidado.

Chaeyoung emitió un suspiró largo y cansado. Se veía fastidiada.

—Si la CEO tiene algo que decirme, debería venir ella a hablar conmigo, no entiendo que tienes que ver tú aquí.

—Estoy a cargo de limpiar tu desastre al parecer —mencioné igual de fastidiada.

Chaeyoung se sentó cerca de mí mientras reía fuerte.

—¡Oh, Jennie, no tienes que ser tan buena gente! —Eso era sarcasmo claramente—. Yo puedo «limpiar mi desastre» sola.

—Cuida lo que haces Roseanne —dije alejándome un poco.

Quería salir de ahí y volver cuando llegase Jisoo. Tenía una rabia y ansiedad mezcladas. No quería desquitarme con nadie.

—Creo que deberías preocuparte más de ocultar el hecho de que te gusta Lalisa, últimamente has sido demasiado evidente. —Escuché que mencionó mientras disponía a irme.

La sonrisa de Chaeyoung hizo que me sintiera aún más avergonzada. Igualmente un sentimiento de haber sido expuesta me sacudió el cuerpo.

Chaeyoung se sentía con la libertad de hablar de mis sentimientos por Lalisa.

—Sé que la quieres. —Su tono se suavizó un poco –. Pero eso no basta... y no lo digo porque sean mujeres.

—No quiero hablar contigo sobre esto.

Quería escapar y dejar de tratar el tema, pero mis pies se quedaron estampados en el suelo a unos centímetros de ella. Entendía a lo que se refería Chaeyoung.

—Ella se puede llevar la peor parte. Ella lo sabe —dijo sin más—. ¿Crees que Lalisa no habría tenido ya novia o novio si no lo quisiera?

No dije nada, sabía que su nacionalidad le pesaba en este país a Lalisa. Muchas de las decisiones que se habían tomado sobre ella en la empresa y que ella misma había tomado sobre su vida, se relacionaban con aquel tema.

Nos encontrábamos en un país con una sociedad intolerante en varios aspectos.

—Creo que tienes que preocuparte más por ti —dijo acercándose a mi espacio personal.

—No entiendo a lo que te refieres con eso —dije evitando mirar a Chaeyoung, ya que su presencia comenzaba a abrumarme.

Era sorprendente como de esa atmósfera de conflicto habíamos pasado a que la tensión en el ambiente fuera palpable, sin embargo, aquella tensión no me estaba haciendo sentir incómoda... y eso me asustaba un poco.

—Lalisa tiene opciones también y nos las toma. Se ha quedado cómodamente en su lugar seguro —mencionó mientras tomaba mi mano sutilmente –. No creo que sea justo para ti que te centres en ella. —De pronto su mano pasó a mi cintura.

El calor de la palma de Chaeyoung atravesaba mi ropa.

«¿Qué se sentirá besar a otra mujer?». Un pensamiento fugaz pasó por mi mente. Me sonrojé fuertemente, lo podía sentir en mi cara.