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"Traté de gritar
Pero mi cabeza estaba bajo el agua
Me llamaron débil
Como si no fuera la hija de alguien "
Liana sentía que su cuerpo flotaba entre ese grupo de personas, estaban en pleno otoño y ella estaba un jueves en un bar cerca de su universidad simplemente porque Gigi quería presentarle a su nuevo novio.
Liana no recordaba cuantos novios había conocido de la chica, su amiga era una rompecorazones y rápidamente se aburria de los chicos que la dejaban. No era para menos, cualquiera que tuviera un buen par de ojos se enamoraría perdidamente de ella, sin duda Gigi era perfecta, rubia, delgada y buena haciendo sexo oral según sus exparejas.
- Lo siento- susurro a una chica que empujo afirmándola de la cintura para que no cayera- ¿Estas bien?
- ¡No te preocupes! - grita sobre la música- eres tan linda ¿estás sola?
- Vengo con una amiga
- Bien- hace una mueca volviendo a bailar.
Se supone que debería estar estudiando para la catedra de anatomía humana II, estaba en su segundo año de medicina y cada vez sentía que dormía menos... Una fiesta a media semana no ayudaba en su vida universitaria. Pero se lo debía a Gigi, más bien a su madre que soportaba a su amiga cuando ella estaba en clases.
Gigi se conoció por Liana cuando la chica trabajaba en la misma tienda de helados, había sido su trabajo de verano hace casi cuatro años, pero el trabajo de tiempo completo de su amiga, la cual creía que la universidad no garantizaba lo que ella esperaba para su vida. Gigi era un alma viajera, le gustaba la comodidad y cosas lindas. Odiaba estudiar y no la culpaba, cuando tienes dos padres que te consienten en lo que quieres nadie pensaría que matarse estudiando es una jodida elección.
Liana camina hasta la barra sujetando mejor su bolso tratando de no empujar a nadie más.
- Por fin llegas- susurra Gigi en su oído pasando su brazo por su cintura haciéndola tensarse
- ¡Gigi! - sonrie ella girando- siento la demora, pero estaba en laboratorio
- Si, si lo que digas niña genio ¿Pedimos algo mientras vamos a nuestras mesas?
- Vodka- sonrie la chica
Rápidamente Gigi mueve sus dedos al barman, al que le susurra coquetamente lo que pedirán, Liana mira a todos bailar a su alrededor y le gustaría que aquello la ayudará a dejar de pensar.
