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"Se que, por una vez, creo que me quedaré
Diré tu nombre, solo escucha
¿No suena diferente? Nunca lo había susurrado de esta manera
Me va a tomar un minuto, pero puedo acostumbrarme a esto
A la sensación del toque de tus dedos
A la sensación de otro beso
Me va a tomar un minuto, pero puedo acostumbrarme a esto
Como cada tatuaje de tu piel estoy memorizando cada centímetro
Puedo acostumbrarme a esto"
Liana sentía que había dormido una eternidad tanto que sientes hasta sus ojos hinchados, se estira con cuidado dándose cuenta de que solo la cubre el suéter que le dio anoche a Bill. Busca al chico con su mirada, pero este no se encuentra en la habitación. Se sienta con el ceño fruncido mientras toma su teléfono ve que tiene un mensaje de su madre que rápidamente contesta reportando que seguía viva.
Son solo las diez de la mañana, así que va hasta su baño donde lava sus dientes, rostro y se da una corta ducha para ponerse otro pijama limpio. Baja a la cocina por un vaso de agua donde estaba Bill con su ropa de todos los días haciendo tostadas.
- Pensé que te fuiste- dice Liana viendo como este levantaba sus ojos para verla
- No me iría sin despedirme – responde viéndola- solo fui por ropa
Liana asiente tomando de un tazón una uva llevándola a su boca mientras pasa tras de el besando su hombro.
- Huele muy bien
- ¿Qué quieres hacer hoy?
- Dormir y recibir sexo oral- responde ella viéndolo- ¿Son buenos planes?
- Excelente - ríe sacando las tostadas poniéndola frente a ella - ¿Te o café?
- Té- sonrie - ¿Me preparas mi desayuno?
- Es lo mínimo que puedo hacer cariño.
Bill sonrie sirviéndole un té negro en un gran tazón mientras el se prepara en la cafetera de la chica un café con una de las capsulas que ella tenía.
- ¿A qué hora te fuiste?
- A las ocho, mi abuela quería que la llevara a un lugar al parecer una de sus amigas murió